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La Manera Más Simple De Alcanzar Tus Objetivos

¿Quién no se llenó de entusiasmo después de proponerse un nuevo objetivo?

Ese sentimiento de querer ir detrás de algo significativo. Por fin, realmente, hacer un cambio.

Tenés un golpe de claridad y propósito que te dan la motivación y la energía para alcanzar lo que querés. Y ya te imaginás cómo te verías una vez alcanzado ese objetivo.

La vida tiene sentido y te sentís capaz.

Nada te frena.

Empezás a ver que la satisfacción existe y está detrás de esa meta.

¿Alguna vez te encontraste en esa situación?

Al principio la motivación es enorme, las posibilidades infinitas.

Pero cuando toca tomar acción, no sabés por donde arrancar.

Te paralizás.

No sabés por donde arrancar. Entonces quizás lo vas posponiendo, y esas ganas empiezan a perder fuerza.

Vamos a ver:

  • Los errores más comunes que refuerzan esta situación paralizante

  • Qué hábitos te van a ayudar a encarar estas situaciones

  • Y cómo podés recuperar el control y simplificar la acción

Necesitás en qué apoyarte

En el fondo el deseo está. Pero a medida que lo dejás estancado..

La ansiedad empieza a aumentar. Los objetivos, sean pequeños o grandes, se van acumulando.

Y entonces, cada objetivo no cumplido, cada proyecto abandonado refuerza esa sensación de estar perdiendo el control que tenés para ir a buscarlos.

Porque mirás hacia adelante y todo lo que te planteás puede parecer algo enorme de afrontar. No sabés cómo pegarle la vuelta, cómo encararlo.

Por eso se hace difícil.

Porque por más grande que sean, por más lindos que suenen, y por mayor motivación que te de alcanzarlos…

Si no tenés un sistema para que te guíe en esa búsqueda, vas a vivir siempre lejos de lo que quieras alcanzar.

"No te elevás al nivel de tus objetivos. Caés al nivel de tus sistemas."

James Clear

Se te cruzan ideas que te llaman la atención y que te encantaría perseguir pero dar un paso en esa dirección suele sentirse como un esfuerzo monumental.

Sentís que es un paso demasiado grande. Entonces necesitás estar preparado, con tiempo y energía para sentarte a enfrentarlo.

El problema es que ese momento nunca llega.

Porque al principio las ganas parecen un medio suficiente (pero te adelanto que no lo son).

Por eso necesitás un sistema. Para que cuando te planteés un objetivo:

  • Manejes tu tiempo

  • Ganes consistencia

  • Elimines la indecisión

  • Reduzcas los bloqueos y la fatiga mental

  • Facilites la constancia en tus avances

Así vas a combatir la ansiedad, el estrés y la frustración de no estar donde querés estar.

Si no tenés un sistema que te mantenga en línea cuando las cosas se ponen dificiles, los objetivos por sí sólos no te van a sostener en el camino.

El sustituto de la acción

Una de las cosas que nos encanta hacer es…

Salir a contarle a alguien la gran idea que tenemos o el próximo objetivo al que estamos apuntando.

Pero esa no es una estrategia efectiva (y es perjudicial en la mayoría de los casos).

Tendemos a necesitar asegurarnos de que estamos en el camino correcto.

Por eso es importante ir alcanzando pequeñas metas a lo largo del camino. Pero por esta razón, nos vemos tentados a contar nuestras ideas, planes y objetivos a otras personas, porque es otra forma de obtener reafirmación.

Si la otra persona piensa que lo que digo tiene sentido, entonces podría valer la pena después de todo: “No estoy loco, bien!”

Así, esa ‘ansiedad’, que podría impulsarnos a perseguir las metas que nos darían esa seguridad, se neutraliza y tenemos menos interés en buscar esos logros para apagar esa ansiedad.

Cambiamos el estímulo que satisface la necesidad.

Entonces te quedas con el disfrute imaginario de la posibilidad de alcanzar tus objetivos sin los resultados tangibles que podrían traer.

Tus objetivos siempre terminan viviendo en el futuro.

Requerimientos, el marco de acción para tu sistema

Entonces, ¿cómo hacemos para traer nuestros objetivos a la realidad?

Hay 2 elementos fundamentales que hacen que la búsqueda de nuestros objetivos se vuelva algo sobre lo que tengamos mayor control:

  • Especificidad

  • Medición

Estos 2 puntos se vuelven NECESARIOS si queremos perseguir nuestros objetivos de la manera más efectiva.

El mayor obstáculo que te detiene antes de emprender el camino hacia tus objetivos es el hecho de no saber qué hacer. Porque al haber múltiples posibilidades, son tantas las opciones, que te genera una ansiedad que te paraliza de tomar acción.

Saber específicamente qué tenés que hacer simplifica la ecuación. Porque si sabemos hacia donde tenemos que movernos todo se vuelve más fácil.

Otro gran problema, es no saber cómo medir el éxito y el progreso. Ahí entra el elemento de medición. Pero en eso vamos a profundizar más abajo.

Entonces…

Para que un objetivo se vuelva más simple de encarar, tenemos que fijarnos en los ‘requerimientos’:

¿Qué cosas se requieren para poder cerrar el objetivo como alcanzado?

Y ¿a qué se reduce cada requerimiento?

Por ejemplo:

Objetivo: Publicar un libro.

  • Requerimientos:

    • Escribir el manuscrito completo.

    • Revisar y editar el manuscrito.

    • Conseguir un editor o autopublicar (lo que podría requerir conocimiento de marketing, diseño, etc.).

    • Financiar la publicación (si es necesario contratar servicios de edición, diseño, o impresión).

Así, la montaña que no sabíamos cómo escalar ahora nos muestra un sendero por el cual subir. Entonces podemos tomar cada requerimiento como “sub-objetivos” mucho más cercanos y claros.

Tomá el objetivo que quieras alcanzar y definí con qué puntos deberías cumplir para que sea alcanzado. Es en cierta forma, una manera indirecta de encararlo.

Entonces…

Tenemos un objetivo. Tenemos en qué enfocarnos. Pero…

¿Cómo lo encaramos? ¿De qué manera?

Sabemos la meta final, sabemos que tenemos que pasar por el punto a, b, y c, pero tenemos que ver cómo vamos a movernos a lo largo de todo este trayecto.

Necesitamos un sistema que nos facilite tomar acción y mantenernos constantes durante todo el viaje.

La sistematización personalizada

Cuando implementás una nueva herramienta. Cuando te comprás un celular nuevo, una computadora nueva. Cuando tenés la opción de personalizar tu experiencia y el uso que les das..

¿Optás por lo que viene predeterminado o te involucrás en entender las funciones para adaptarlo a tus preferencias y comodidades?

Cuando nos tomamos el tiempo de analizar y ver las posibilidades de uso y de configuración, podemos personalizar nuestras experiencias y procesos.

En el celular podés cambiar el tono de alarmas o llamadas, el fondo de pantalla, la disposición de las aplicaciones y miles de configuraciones más.

Todas esas cosas juntas hacen que tu experiencia sea más fluida y más satisfactoria porque está adaptado a tu manera de usarlo.

Con tus objetivos debería ser de la misma manera.

La personalización es el formateo adaptado al uso propio de una herramienta. La sistematización es un acercamiento personalizado hacia tus objetivos.

Una vez que trazamos un camino, necesitamos definir dentro de él la manera en que vamos a avanzar.

Esa es la sistematización. La definición de una estructura que te permita moverte dentro de ese camino para alcanzar tus objetivos.

Es el desarrollo de sistemas a partir de la personalización. De encontrar las formas que te permiten fluir, disfrutar más del proceso, y te facilitan mantener la constancia.

El punto principal está en no optar siempre por lo predeterminado sino encontrar las formas que mejor se adapten a vos.

Obviamente, no podés hacer que el mundo se adapte a tu criterio, pero podés adaptar tus acercamientos, tus procesos, y tus configuraciones.

No sólo de las herramientas que uses, sino también de tus rutinas, espacios de trabajo, rutas.

Porque si todos escriben con la mano derecha pero a vos te cuesta, tenés que probar escribir con la mano izquierda. Si no, vas a vivir constantemente luchando contra ese desafío que podría no existir de simplemente escribir con la otra mano.

(Esto aplica para cualquier circunstancia, no sólo con que mano escribís)

No sos disciplinado, productivo o suficientemente hábil en algo porque estás actuando en contra de tu propia naturaleza. Estás forzando un método que no encaja con tu forma de ser y hacer las cosas.

Porque cuando tenés una manera propia de acercarte a tus objetivos:

  • Ganás claridad

  • Reducís la ansiedad

  • Dejás de frustrarte y sentirte abrumado

  • Mantenés el progreso constante

Tener un sistema personalizado para ir detrás de tus objetivos significa tener un mapa de acción. Pero no cualquier mapa, es uno diseñado por vos.

Adaptado a tu manera de hacer las cosas. Es una estructura optimizada específicamente para vos.

Tener un sistema, va a ser lo que más te ayude a acercarte a tus objetivos porque:

  • Te permite bajar la cabeza con seguridad - entonces podés enfocar tu atención en lo más importante para concentrarte al máximo.

  • Te brinda una base sólida y clara predefinida - en la cual podés apoyarte cuando te sentís perdido o confundido.

  • Acorta el tiempo entre idea y acción - así, las distracciones pierden relevancia porque ofrece fluidez a la hora de tomar acción.

  • Te genera mayor satisfacción y confianza - porque al tener una manera determinada de hacer las cosas, te involucrás con mayor convencimiento y conexión.

3 pasos para definir TUS propios sistemas

1) Exploración - Explotación

El dilema de la exploración-explotación implica elegir entre explorar nuevas posibilidades o explotar el conocimiento que ya tenemos.

Explorar es descubrir nuevas ideas, mejores estrategias, distintos caminos y se basa en abrirse a nuevas alternativas y oportunidades inesperadas.

Por otro lado, la explotación te permite maximizar los resultados usando lo que ya sabés que funciona. Pero para eso, primero es necesario una ronda de exploración.

Cada opción tiene sus beneficios, pero también implica riesgos y costos, por lo que el desafío está en encontrar el equilibrio óptimo entre ambos.

Si no probás nuevas formas, nunca vas a saber si hay algo que podrías estar haciendo mejor. Porque explotar una y otra vez los mismos mecanismos, puede detenerte de encontrar oportunidades más ventajosas.

Pero…

Si vivís constantemente explorando y no te cerrás con ninguna alternativa, tampoco vas a poder maximizar los resultados que podrías obtener de mantenerte constante por ese camino.

La exploración es el motor de la innovación. Pero es la explotación del conocimiento en donde se funda la consistencia.

En el proceso de exploración descubrís tus propios patrones, valores y preferencias. Esto es fundamental para crear un sistema auténtico, uno que resuene con quién sos, en lugar de simplemente imitar lo que otros hacen.

Una vez que definís cuáles son los elementos que mejor se ajustan a vos, la explotación permite que esos elementos funcionen como un mecanismo de eficiencia. Tu sistema se vuelve robusto porque capitalizás lo que ya sabés que te funciona.

2) Experimentación

Es muy probable que te estás preguntando cual es la diferencia entre explorar y experimentar.

Exploración: estás abierto a posibilidades, no sabés con qué te vas a encontrar.

Experimentación: salís a buscar pruebas de algo en concreto.

La diferencia entre ambos es que en la experimentación hay un desarrollo por detrás. Es la prueba y error testeados contra una teoría o hipótesis.

Cuando explorás, estás abierto a encontrar lo que sea que encuentres. Obviamente con una idea en mente (como para poder filtrar todo lo que te cruzás).

Pero la experimentación es salir a buscar pruebas de una teoría o hipótesis que ya desarrollaste. Pero para eso es necesario todo un proceso que te permita llegar a determinadas conclusiones..

Y así, plantear una hipótesis y desarrollar una teoría.

Entonces, a eso vamos con el tercer punto…

3) Reflexión y Seguimiento

Lo que hace que la sistematización sea tan efectiva es que te permite tener un parámetro de medición.

Por eso es que, la reflexión y el seguimiento son el pegamento que mantiene todo unido.

Los errores y observaciones no significan nada si no tomás y analizás ese material.

Una parte esencial de cualquier sistema es la capacidad de reflexionar sobre su efectividad y hacer un seguimiento del progreso.

Reflexionar te permite identificar patrones y ajustar lo que no está funcionando. Sin reflexión, es difícil saber si estás avanzando o si tu sistema es eficaz.

Y además, es el único camino para el planteamiento de una hipótesis o el desarrollo de una teoría.

El seguimiento te da retroalimentación concreta sobre tus esfuerzos y permite que el proceso de experimentación se transforme en conocimiento práctico.

Podés ir midiendo tus avances para determinar si la dirección en la que te estás moviendo es correcta y para reconocer el valor de tus esfuerzos.

Cuando reflexionás y ajustás, creás un ciclo de retroalimentación que refuerza los sistemas y los vuelve más robustos.

Eso hace que el camino hacia tus objetivos se vuelva mucho más tangible. Te permite tomar el control sobre tus esfuerzos porque facilita la claridad en el progreso.

Sistematización auténtica: la práctica

Buenísimos los conceptos pero, ¿cómo te sirven para alcanzar tus objetivos?

Entendé que nunca vas a ser disciplinado si no encontrás la manera de hacer las cosas difíciles de una forma fácil.

Pero para eso tenés que encontrar la mejor opción PARA VOS.

¿Sabés si estudiás mejor con música o sin?

¿Preferís entrenar con alguien o sólo?

¿Te es más cómodo anotar las tareas a mano o en la computadora?

Si tenés claro con qué formato y de qué manera hacés mejor las cosas…

Vas a ser mucho más efectivo.

Entonces lo que ya sabés que funciona forma una base sólida para apoyar el resto. Y así vas armando un sistema.

Pensás menos en lo que tenés que hacer.

Lo encarás con mayor seguridad y naturaleza.

Y lo disfrutás más

Tenés un medio para que tus objetivos dejen de vivir en el futuro y puedas traerlos al presente.

Tenemos un objetivo. Tenemos los requerimientos en las cuales enfocarnos.

Cuando lo hacés a tu manera, conectás más porque controlás el proceso, y la constancia se vuelve natural porque el sistema está adaptado a vos, eliminando la fricción que obstaculiza tu avance.

Entonces todo ese entusiasmo, toda esa motivación y energía que te genera definir objetivos significativos..

Ahora lo podés complementar con un sistema que te acerque a ellos.

  • Explorá distintas maneras de hacer las cosas y observá

  • Experimentá sobre lo que creés que puede funcionar

  • Explotá los métodos que corroboraste que funcionan

  • Reflexioná y seguí todo este proceso para optimizar cada vez más tus sistemas

Así los objetivos, tarde o temprano, empiezan a convertirse en logros.

gracias por leer.

Bautista.