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Cómo Convertir La Frustración En Oportunidades

Alguna vez te habrá pasado que estás jugando algún juego…

Y venís en una racha ganadora, entusiasmado y metido en la dinámica, y de pronto, la otra persona te dice que no quiere jugar más.

O al revés…

¿Cuántas veces estuviste jugando un juego pero empezás a perder, y ya no tenés el mismo interés en seguir? Ya te da lo mismo cómo termine.

Bueno, hace unos días estuve de vacaciones con amigos y todos los días jugabamos al ping pong o un juego de mesa.

Al hacerlo tan seguido, empecé a notar este patrón:

Cada vez que perdía un punto o intentaba hacer una jugada que no me salía, sentía el efecto negativo que me generaba.

Notaba que cada vez que perdía, mi capacidad para tomar decisiones y mi seguridad era otra. No tenía la misma soltura.

Y eso me inclinaba a que sea más propenso a perder.

Sentía una leve desmotivación, que me hacia perder interés en seguir jugando.

Que seguro te habrá pasado jugando a lo que sea.

Pero también es algo que se traslada a muchas otras áreas de la vida:

En tus estudios queriendo aprender algo nuevo, con alguna tarea o problema en el trabajo, o intentando explicarle a tu mamá que no puede hacer zoom en las historias de Instagram.

Son pequeños contratiempos, percances, tropiezos. Que te pueden desalentar.

Cuando las cosas no salen como esperamos, cuando nos equivocamos o cuando enfrentamos algo difícil o complejo…

Es muy fácil frustrarse.

Te sentís saturado, tu foco de atención se cierra, y ya no pensás claramente.

Puede que te agarren dudas de si realmente sos capaz de hacer lo que te pidieron, aprender un tema nuevo o resolver un desafío complejo.

El problema es que si te terminás creyendo eso, probablemente…

  • Dejes de ver el valor de esforzarte

  • Termines evadiendo eso que te frustra

  • Optes por desafíos más simples (o vayas detrás de menos desafíos)

Y en definitiva, te sientas más inseguro, ansioso y estresado, y adoptes una postura más sumisa y pasiva.

Pero no queremos eso, no?

Por eso hoy quiero entrar en detalle sobre cómo podés transformar toda esa frustración en oportunidades, y ser impermeable al impacto de cualquier “derrota”.

Evitar el espiral negativo

En cualquier situación de la vida cotidiana podemos encontrarnos con estas micro-victorias o micro-derrotas.

(También podemos encontrarnos con algunas no tan micro)

Y yo, con cada punto que perdía o ganaba en el ping pong…

Me acordaba sobre la dinámica de las jerarquías de dominancia y el impacto químico que tiene ganar o perder.

¿Las qué? Te explico:

Siempre que ganemos o perdamos, va a haber un impacto químico en nuestro cuerpo.

”Ganar o perder” es una idea muy binaria y simplista, pero me sirve para explicarlo.

Por ejemplo:

  • Aprobás una materia = Ganar

  • Se te cae la taza llena de café en el vestido nuevo = Perder

  • Le contestás la historia a la chica que te gusta, y te responde = Ganar

  • Te equivocás dando un exámen oral en frente a toda la clase = Perder

Y la serotonina juega un rol muy importante, porque influye en nuestro estado de ánimo y en nuestra postura corporal, lo que afecta cómo nos perciben los demás.

Una derrota puede reducir tu secreción de serotonina y aumentar el cortisol (estrés), lo que lleva a que te sientas más inseguro y adoptes una postura más pasiva.

Y una victoria, eleva la serotonina y genera más confianza, haciendo que sea más probable que ganes otra vez.

Entonces, con cada victoria o derrota, se alimenta un ciclo retroactivo.

Si ganás, te sentís más seguro. Si perdés, te sentís más inseguro.

Cómo te sientas, te va a predisponer para el siguiente “enfrentamiento”.

Y el punto es que…

En estos días estuve pensando sobre esto.

Y llegué a la idea de que es muy difícil evitar equivocarse o no saber cómo hacer algo.

Entonces…

Quienes se destaquen por sobre el resto, no van a ser tanto los que eviten las derrotas, sino quienes no se dejen arrastrar por el impacto de ellas.

¿Qué es más importante para vos?

Entonces, cómo dije:

La clave está en volverse impermeable ante el efecto negativo de perder.

Pero, ¿qué podemos hacer para reducir el golpe de las emociones negativas?

Veámos cómo se ven estas situaciones con un ejemplo:

Supongamos que la semana que viene tenés que rendir el exámen más difícil de tu carrera. Es una materia con la que no conectás naturalmente.

Te cuesta.

Entonces, te sentás a estudiar y empezás con lo básico.

Por un rato va bien, pero después de un par de horas y varios termos de mate encima…

Te encontrás con un tema que te frena por completo. Intentás darle la vuelta, pero no hay forma.

Ya venís saturado, cansado y te empieza a comer la ansiedad. Ya estás viendo que no vas a llegar a estudiar todo.

«¿Por qué no empecé antes? ¿Quién me manda a estudiar esto? Ya está, no me voy a recibir.»

Entrás en crisis:

Te encontraste con la frustración.

Ahora (y acá viene lo importante), quiero que constestes esta pregunta…

¿Qué significa haberte encontrado con esa frustración? (para vos).

A) Es la señal de que encontraste el límite de tu capacidad, o…

B) Es la señal de que estás expandiendo el límite de tu capacidad

Carol Dweck diría que, según la respuesta que elegiste, tenés una mentalidad fija, o..

Una mentalidad de crecimiento.

Y que eso puede definir tu capacidad de crecimiento y superación.

Tu mentalidad define el significado

Tu mentalidad está definida por tus creencias, tu área de enfoque y tu manera de reaccionar ante estos eventos de la vida.

Alguien con una mentalidad de crecimiento cree que la inteligencia, y las habilidades o los talentos, son algo que pueden expandir y desarrollar.

Lo ven como algo que pueden aprender y en lo que pueden mejorar a través del esfuerzo.

Aquellos con una mentalidad fija, creen que esos mismos rasgos son estables e inalterables.

No importa qué tanto se esfuercen, no van a mejorar en nada.

Esto los lleva a que no sean capaces de aprender de sus errores.

Y ahí está la gran diferencia:

En la manera en que percibimos nuestras limitaciones.

Ante una limitación pueden darse dos escenarios:

  • Que nos frenemos por miedo a equivocarnos, o…

  • Que nos frustremos por no poder seguir avanzando

Si cada vez que te enfrentás a una limitación, te enfocás en cómo equivocarte te puede hacer quedar mal...

O en que no importa cuánto lo intentes, no vas a poder resolverlo…

Reforzás la idea de que ese es el límite de tu capacidad.

Vas a convencerte de que…

  • Un error te va a tirar abajo

  • No estás a la altura de enfrentar algo difícil

  • No sos capaz de expandir tu conocimiento o tus habilidades

Entonces…

Si lo que querés es superarte y sacarle el mayor provecho a estas situaciones…

Tenés que desligar tu identidad de tu desempeño, y en su lugar, atarla a tu esfuerzo.

Tenés que ver la frustración como una señal de expansión y el error como una oportunidad.

“La dificultad solía significar "tonto", y ahora significa que tienen la oportunidad de volverse más inteligentes. La dificultad solo significaba ‘todavía no’".

Carol Dweck (Sobre cambiar la mentalidad)

Encontrar la frustración no es señal de que alcanzaste un límite.

Es señal de que lo estás expandiendo.

Encontrar la frustración es una buena señal. Y el error…

Es una oportunidad para aprender.

Si te enfocás en lo que podés mejorar…

Reforzás la idea de que mejorar es posible.

¿Qué es más importante para vos: el feedback que podés obtener de tu error, o el impacto de un error en tu reputación?

Cómo cultivar una mentalidad de crecimiento para ser impermeable a las ‘derrotas’

Hay cosas que no vas a entender.

Hay errores que no vas a poder evitar.

Hay problemas que no vas a saber resolver.

Entonces no tiene sentido centrarse en esquivarlos. Mejor poder aceptarlos y encontrar algo que podamos aprender de cada una de estas situaciones.

En lugar de enfocarte en cómo afectan a tu ego, enfocáte en la información que podés recopilar.

Estos 5 puntos te van a ayudar a construir una mentalidad de crecimiento y usar la frustración para crear oportunidades:

1) Reflexionar a diario

Acostumbrarte a escribir todos los días para reflexionar te va a habilitar un espacio para ir por encima de los problemas que estás enfrentando y las cosas que querés mejorar.

Eso te va a ayudar a que puedas recavar y encontrar cosas que quizás no percibiste en el momento.

Buscá qué fue lo que te llevó a que seas bueno en lo que te destacás y tratá de encontrar tu esfuerzo y trabajo en eso.

También te va a ayudar a que estés más atento cada vez que te encuentres en una situación de frustración.

2) Buscar feedback de otros

Esto significa estar abierto a no tener razón.

Que es algo que te puede limitar a actuar por miedo a equivocarte.

Solemos creer que somos buenos determinando cuales son nuestras fortalezas y limitaciones. Pero en realidad, somos mejores para marcarlos en otros.

Entendé que no tenés las respuestas a todo y que otros pueden ofrecerte una mirada valiosa, distinta a la tuya.

Enfrentá estas situaciones con la idea de que, quizás, el otro sabe algo que vos no.

Y eso puede ahorrarte mucho tiempo luchando sin sentido.

3) Sostener la tensión y sobrecargar la mente

Cuando llegás al punto de frustración, lo más común es soltar.

Te despejás y lo dejás que se recargue tu claridad mental para enfrentar ese obstáculo en otro momento.

Yo solía hacer eso, pero encontré una manera mucho más efectiva.

Si en lugar de soltar, sostenés la tensión un poco más, pasás el umbral en el que la mayoría se frena.

Sostener tu enfoque durante mayor tiempo bajo tensión va a hacer que cuando decidas liberarla, tu mente siga procesando el problema en segundo plano.

Por más de que no encuentres la respuesta o la solución.

Es como si la inercia de tu pensamiento siguiera avanzando incluso después de soltar los pedales.

Y en ese descanso que te tomás, despejás por completo y puede que sin ningún tipo de esfuerzo, la solución llegue sola.

De esa manera, también entrenás tu mente para operar bajo presión.

Y me ha pasado de veces que llego hasta ese punto y en lugar de frenar, sigo empujando, me destrabo y sigo avanzando un largo rato.

Si podés interpretar ese dolor de cabeza, ese cansacio y esa saturación como una señal de que tu mente se está expandiendo…

Vas a empezar a sentirte más cómodo lidiando con esas sensaciones y las respuestas te van a llegar indirectamente..

4) Iterar. Iterar, iterar, e iterar.

Algo que aprendí en estos 7 meses creando contenido es que, siempre tenés la oportunidad de hacerlo mejor.

Entonces, la clave está en ser capaz de llegar a una versión final sabiendo que faltan muchas cosas por corregir.

Está bien que no lo sepas ahora. Está bien que te equivoques. Es normal.

A veces nos estancamos con cosas que queremos dejar resueltas que terminan consumiendo más tiempo y energía de la que deberían.

No quieras hacer todo perfecto. Hacé, hacé y seguí haciendo.

Corregí en el camino.

La próxima vez que te sientas frustrado, acordáte que…

  • Estás expandiendo tus límites

  • Cada error es una oportunidad para aprender

  • La diferencia está en no dejarse derribar por el impacto negativo…

Y que con trabajo y esfuerzo podés encontrar la solución, resolver el problema o avanzar más allá de ese obstáculo que te estaba deteniendo

Gracias por leer.

Buena semana, que te diviertas.

Bautista.