- Bautista
- Posts
- El Mejor Sustituto del Celular
El Mejor Sustituto del Celular
El secreto para que el celular deje de ser tu principal fuente de gratificación:
No podés dejar de usar el celular porque no sabés a qué prestarle atención.
Yo lo entendí hace poco.
Siempre quise aprovechar mi tiempo libre de la mejor manera.
Sabía que ese era el camino para acercarme a lo que buscaba.
Quería sentirme productivo, construir algo por mi cuenta, y crecer.
Pero cuando tenía el tiempo para hacerlo, terminaba en el celular.
Me convencía de usarlo un ratito para “despejar”.
Pero ese ratito se extendía y se transformaba en horas perdidas. El día se pasaba.
Me frustraba porque tenía ganas de avanzar, pero siempre terminaba arrastrado por alguna distracción. No entendía por qué.
Y eso me hacía sentir un vago.
¿Tan poco disciplinado era?
¿Por qué no podía sentarme y mantenerme concentrado en lo importante?
Hasta que llegó un momento en que me di cuenta:
Lo mío no era un problema de ganas, era un problema de claridad.
No tenía algo concreto que fuese suficientemente interesante y valioso como para dedicarle toda mi atención.
No es que el celular me distraía de lo que quería hacer.
Es que en realidad, no sabía bien qué hacer.
Quería ser productivo, pero no tenía en qué aplicar esa productividad.
Las ganas estaban, pero como no había nada a lo que dirigirlas, se volvían en mi contra.
Se sentía caótico, desetabilizador.
El celular me daba un escape.
El punto es que, si no tenés una dirección clara, cualquier distracción parece mejor que la incertidumbre.
Entonces, si no te tomás el trabajo de recuperar el control de tu atención, vas a vivir distraído por el resto de tu vida. Mirando desde lejos, cómo otros alcanzan lo que vos soñabas.
Hoy, me siento casi que imantado a hacer todo eso que quiero hacer y las distracciones dejaron de tener el mismo efecto que tenían.
Así que quiero darte un par de puntos que me ayudaron.
Hace ya tiempo que vivo explorando constantemente para encontrar las mejores formas de evitar ser arrastrado por distracciones.
Y entiendo que todo se reduce a un solo punto:
Si querés aprovechar tu tiempo de la mejor manera, tenés que hacer algo tan entusiasmante y significativo que cualquier distracción pierda su relevancia.
Tiempo libre: ¿Aliado o Enemigo?
El gran problema que enfrentaba era el de no saber qué hacer con mi tiempo libre.
Al no tener algo específico para hacer, no había nada que me oriente. No había ninguna prioridad.
Entonces TODO era una posibilidad.
Y esa infinidad de opciones me agobiaba.
¿La solución más simple?
Usar el celular.
Inconscientemente tapaba ese vacío con algo que no me generaba fricción.
Saltaba de una red social a otra, actualizando el contenido, cazando notificaciones y scrolleando en busca de lo próximo más llamativo.
Nunca era suficiente, obvio.
A medida que aumentaba el tiempo que estaba en el celular, más vacío se volvía el contenido.
Y menos podía sostener mi atención.
Tomarme 2 minutos para leer algo que parecía interesante era una interrupción y un esfuerzo enorme en relación a mi scroll infinito en busca de lo inmediato.
Entonces, lo dejaba para después.
¿Después de qué?
¿De estar consumiendo contenido completamente vacío e intrascendente?
¿Eso iba a interrumpir?
Y el problema es que cuando llegás a ese punto, ya no lo disfrutás.
Seguís viendo publicaciones pero porque lo sentís como una necesidad. No porque te genere placer.
En realidad te produce una sensación de agotamiento y saturación, y dejar de scrollear te va a producir una sensación de dolor.
Y también significa volver a la incertidumbre de no saber qué hacer.
(Pero sumado al factor de que ahora, no tenés la motivación ni las ganas. El celular te drenó por completo)
Mi tiempo libre me jugaba en contra, pero ¿por qué se daba así?
¿Qué era lo que me llevaba a perder todas esas horas?
Vamos a verlo.
El problema de los ciclos incompletos
Cuando abrís un ciclo, tenés la necesidad de cerrarlo.
Tu sistema dopaminérgico está diseñado para eso.
Cuando tu cerebro inicia una búsqueda de recompensa, necesita completarla.
Y el problema es que las redes sociales están diseñadas para abrir ciclos.
Pero no para cerrarlos.
Cuando entrás, lo hacés en busca de encontrar algún tipo de recompensa en el contenido que consumís.
Y ahí, esa búsqueda se abre.
Si no encontrás una recompensa clara, el cerebro mantiene el ciclo abierto, impulsándote a seguir buscando.
Esto se ve por ejemplo, en cómo funcionan tu cerebro y tu intestino cuando comés.
Una de las principales razones por las que comés es para buscar aminoácidos esenciales hasta que consigas suficientes.
Para hacerlo…
Tu cerebro aprende la asociación y la relación entre el gusto, el volumen, el contenido de macronutrientes y la saciedad.
La comida ultraprocesada activa múltiples circuitos neuronales que generan confusión e interfieren con esa capacidad del cerebro.
Cuando te comés un bife (alto contenido de aminoácidos), las neuronas de tu intestino le indican al cerebro:
“Che, estás obteniendo aminoácidos esenciales, deberías comer más de esto”.
El problema es que, de la misma manera..
La cantidad ínfima de aminoácidos esenciales que se encuentran en un chocolate o algo por el estilo…
También va a enviar la misma señal.
Tu intestino reconoce la presencia de estos nutrientes (a.k.a: recompensas), pero no la cantidad nutricional.
Entonces, una comida baja en contenido de macronutrientes te va a mantener comiendo y forzando tu apetito hasta que obtengas suficientes aminoácidos esenciales.
Lo mismo hace el contenido digital ultraprocesado.
Cuando entrás en alguna red social, tu sistema dopaminérgico anticipa que ahí puede haber una recompensa.
Pero si el contenido es superficial, te mantiene enganchado buscando más.
Quedás atrapado intentando encontrar algo que pueda satisfacer ese ciclo que abriste y en realidad terminás drenado de energía, motivación y deseo.
El punto crucial está en entender que lo ultraprocesado interfiere en tu capacidad y percepción del disfrute.
Después de acostumbrarte a comer las papas fritas de McDonald’s, una papa al horno te parece completamente insípida e insulsa.
Si lo único que ves son videos de 10 segundos lleno de estímulos constantes, un documental de 25 minutos te parece eterno e insufrible.
Además…
Tu sistema dopaminérgico se adapta para buscar recompensas donde ya las encontró.
Entonces, si querés romper con ese ciclo tenés que cambiar la fuente de tu recompensa.
Sino, vas a quedar atado buscando siempre en el mismo lugar.
(Buscar siempre en el mismo lugar, genera una dependencia. La dependencia en un estímulo específico como única fuente de gratificación es la definición de adicción)
Esta dinámica de los ciclos ya viene con nuestro software, no podemos descartarla.
Entonces, veamos cómo podemos usarla a nuestro favor…
Reemplazo en lugar de Eliminación
La ley máxima del mundo de la productividad es que…
Un hábito no se elimina, se sustituye.
Cómo dije al principio, la mejor manera de evitar las distracciones es teniendo algo más llamativo.
Porque el problema en realidad, no es el uso del celular.
Sino que no tenés nada más entusiasmante que hacer por fuera de él.
Tu adicción a las redes sociales surge de construir una vida que requiere de distracciones.
Esa adicción desaparece cuando tu vida por fuera de las redes es más llamativa que lo que pasa por dentro.
Porque si no tenés nada que te atraiga por fuera del celular..
Nunca vas a salir de ese loop infinito de gratificación inmediata.
Entonces…
¿Qué puede ser tan significativo y entusiasmante como para que soltemos el celular?
Aprender.
El contenido digital ultraprocesado es llamativo porque estimula la liberación de dopamina.
El aprendizaje también.
La novedad y la resolución de problemas generan placer y refuerzan nuestra curiosidad.
Y ahí se encuentra la clave para solucionar todo este asunto:
En reconectar con tu curiosidad.
Tu Curiosidad es el mejor sustituto del celular
George Loewenstein propuso en su teoría sobre la curiosidad, que existe lo que él llama una “brecha de curiosidad”.
¿Qué es esa brecha?
Exactamente lo mismo que hablabamos más arriba. Es la apertura de un ciclo.
El cual el cerebro tiende a querer cerrar.
Loewenstein dice que la curiosidad se da como una sensación de incompletitud o incertidumbre que sentimos cuando identificamos que hay más información disponible, pero que aún no tenemos.
Se genera cierta incomodidad que nos motiva a cerrar esa brecha con nueva información.
Por ejemplo, cuando alguien menciona un dato interesante pero no te da el contexto completo, puede que sientas la necesidad de buscar más información para poder entenderlo.
El problema con esa brecha que se abre es que…
Muchos se acostumbran a dejar completamente de lado su curiosidad.
Lo inmediato borró por completo el sentido del esfuerzo. Entonces intentar cerrarlo, significa un desafío demasiado grande.
Seguir la curiosidad de uno, requiere de esfuerzo. Porque es sobrepasar una incomodidad para poder cerrar el ciclo.
Entonces, si querés dejar de caer en la trampa…
Tu trabajo es tomar esa incomodidad como combustible. Comprometerte con salir a buscar respuestas y capturar lo desconocido.
Pero…
¿Cómo lo llevás a la práctica?
¿Qué tenés que hacer exactamente para “seguir tu curiosidad“ y usarla como sustituto del celular?
Hablemos sobre eso:
Diseñá tu propio proyecto de investigación
La manera más efectiva de seguir tu curiosidad es aprendiendo sobre algo que te interesa.
Cuando investigás sobre lo que te interesa genuinamente…
Expandís tu conocimiento
Mejorás tu memoria y tu concentración
Desarrollás tu capacidad para digerir y filtrar infomación
Y usás la cabeza (que últimamente es como que pasó de moda)
No sólo sabés más, sino que te entretenés y adquirís habilidades útiles.
Seguí estos 4 pasos para diseñar tu propio proyecto de investigación:
1) ¿Qué te interesa?
Agarrá una hoja o abrí un documento y, sin el celular, sin música, nada de fondo, sentáte con vos mismo y responde esta pregunta:
¿Qué me interesa?
Vas a anotar 5 cosas por lo menos.
5 cosas que decís, “me interesaría saber más sobre esto”.
Y dejálo ahí. Que repose por un día, y que lo digiera tu mente.
2) Encontrá tus fuentes
Volvé a esa lista y buscá libros, podcasts, canales en youtube, autores, y creadores de contenido relacionados a esos temas.
(Podés usar inteligencia artificial para que te oriente hacia dónde buscar)
Ahí tenés con qué reemplazar los algoritmos vacíos que te venían desgastando. Así por lo menos, si agarrás el celular, puede que aprendas algo.
Ahora, en lugar de perder horas en un consumo pasivo y sin sentido, tenés un proyecto de investigación que te permite un consumo consciente.
Todo lo que veas, leas o escuches, puede servir para tu investigación.
3) Es un proceso activo
El conocimiento no es poder. El conocimiento es poder potencial.
La idea de este acercamiento no es simplemente consumir mejor contenido, es una involucración activa con la información que podés capturar.
Sino, caés en la misma trampa.
No te pido que escribas un libro, pero por lo menos tomá nota de lo que ves, leés y escuchás. Anotá las ideas que se te cruzan.
Y volcá tus pensamientos y perspectivas para conectar ideas entre distintas disciplinas.
Si no ejecutás sobre lo que aprendés, no sirve de mucho.
(Por eso estoy trabajando en adaptar la herramienta que uso para hacer todo esto, así vos también la podés usar)
4) Dedicale su espacio
Definí un momento del día para volcarte en tus investigaciones.
Ponete un tiempo determinado para trabajar en eso.
(Pueden ser 30 minutos, 1 hora, 2 horas, lo que quieras)
Eso va a hacer que sea más fácil concentrarte y bloquear tu atención por un tiempo definido.
Si te sentís cansado o saturado, resistite al impulso de agarrar el celular.
En cambio, sentáte un rato con vos mismo hasta que se termine ese bloque de tiempo que definiste.
Dejáte aburrir. Así es cómo te entrenás para ganar control sobre tu atención.
Reemplazar el consumo de contenido digital ultraprocesado por un proyecto de investigación dirigido por tu curiosidad te va a brindar claridad sobre qué hacer en tu tiempo libre.
Vas a encontrar algo que te entusiasme, te vas a sentir con más energía y vas a encontrar muchísimo más sentido en las cosas que hacés en el día a día.
Y quién te dice, quizás abrís nuevas oportunidades.
Gracias por leer.
Buena semana, que te diviertas.
Bautista.