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Entender Esto Va a Mejorar Tu Rendimiento y Eliminar la Frustración
En un principio me daba un poco de ‘miedo’ el hecho de salir a escribir, de exponerme ante toda la gente que me sigue.
Que pasa si digo algo que está mal? O si hago todo esto y a la semana me arrepiento? Y si al final no es lo que yo esperaba? Qué van a pensar de mí!
Muchas veces me cuestioné y dudé de lo que estaba haciendo, todo por si no llegaba a salir como yo esperaba.
Pasaba por momentos de exaltación y entusiasmo a momentos de desilusión y pesimismo. Y en vez de subir y bajar dentro de un mismo rango, iba en caída, con picos de entusiasmo cada vez más bajos.
Tenía miedo de exponerme y “no estar a la altura“.
Hasta que un día me encontré con una idea que me convenció por completo. Se alinearon todos los puntos.
Llegué a una conclusión que cambió mi perspectiva sobre el asunto. Ahora sabía que quería—que tenía, que hacerlo.
Entendí que en realidad el resultado de lo que hacemos no está absolutamente bajo nuestro control.
Esto puede parecer desalentador, pero no, al contrario.
Me he encontrado en escenarios similares en otros contextos, y a vos te habrá pasado también.
Ese miedo de no estar a la altura, de no rendir como esperabas. Que te va apagando lentamente y que, quizás sin darte cuenta, te limita.
No querés equivocarte.
Tenés esa sensación constante que no sabés cómo manejarla.
Entonces te obsesionás con controlar cada detalle y empezás a acumular una presión constante.
Te frustrás cuando las cosas no salen como esperabas. Y en vez de sentirte libre y relajado, te sentís atrapado.
Terminás formando un ‘ciclo de autoexigencia’ que te hace imposible disfrutar del día a día.
Esto genera que..
Tu ansiedad y estrés aumenten progresivamente
Vivas permanentemente bajo una presión constante
Tu bienestar emocional y tu satisfacción personal sean nulas
Tu entusiasmo y goce de las pequeñas cosas desaparezca lentamente
Evadas todo tipo de riesgo, incertidumbre, y espontaneidad
Sin darte cuenta, te vas apagando. Todo te pesa. Todo es un suspiro.
Apurado para llegar acá, apurado para llegar allá.
Te sentís sin tiempo.
Obsesión con el Control Excesivo, “Resultadismo”, y Autocastigo
Nuestra capacidad y la narrativa sobre el desempeño
Muchos creen que obsesionarse sobre cada detalle, y buscar que todo salga perfecto es la solución soñada para no cometer errores (o por lo menos para reducirlos).
Creen que si toman el control de cada pequeño factor van a tener mayor poder sobre el resultado.
Pero… oh, sorpresa… No lo es.
Optar por este camino genera frustración y una sensación de inutilidad al equivocarse.
Hace un par de semanas, estaba escuchando un episodio de “Huberman Lab Podcast“, que hablaba sobre la ‘Mentalidad de Crecimiento’.
La mentalidad de crecimiento es el proceso de distanciar tu identidad de tu desempeño, y unirla al esfuerzo mismo y al aprendizaje.
También se interpreta como neuroplasticidad—la idea de que tenemos la capacidad de mejorar y que nuestro cerebro puede cambiar.
(Acá te dejo el episodio: Escuchar en Spotify - Ver en Youtube)
Mi interpretación sobre lo que comparte Andrew Huberman es que concentrarnos profundamente en el resultado hace que atemos nuestra identidad a nuestro desempeño.
Esto genera que el perfeccionismo se apodere de nosotros, y nos inunde la ansiedad y la procrastinación, incrementando la fricción con cada acción que queramos tomar.
Básicamente, fomenta el miedo a no cumplir con las expectativas.
De esta manera, si tu identidad está ligada a tu desempeño, tenés mucho más que perder.
Y hace que el camino hacia el éxito se base en algo que, sin verlo o darte cuenta, no depende de vos.
Además, comparte las conclusiones de un estudio que se hizo en chicos, publicado en 1998.
En este estudio se les plantea una tarea a los chicos y, una vez hecha, se les ofrece un feedback sobre el resultado obtenido.
Para un grupo (A), el feedback estaba basado en el talento y para el otro (B), basado en el esfuerzo. Seguido a eso, les dieron más tareas por resolver.
Los del grupo B (elogios basados en el esfuerzo), decidieron resolver desafíos más difíciles a continuación. Mientras que los del grupo A (elogios basados en el talento), decidieron resolver desafíos más fáciles (y menos desafíos).
Conclusión…
Recompensar el esfuerzo es la mejor manera de potenciar el desempeño.
Errores y autocríticas
Cuántas veces te equivocaste y tu primer instinto fue criticarte duramente y rebajarte?
Y no sólo por ese error en específico, sino también por errores anteriores?
Por lo general, no tenemos una mirada muy realista y objetiva (por más que lo creamos) cuando se trata de definir nuestras fortalezas o debilidades.
Pero de todas maneras solemos pensar que somos “buenos“ para definirlas.
Porque..
Quién mejor para criticarnos que nosotros mismos, no?
Cuando en realidad…
En lo que somos realmente buenos es en convencernos.
Entonces, que puede pasar si cada vez que nos equivocamos le abrimos la canilla a una cascada de autocríticas?
La respuesta se ve venir a lo lejos:
Le quitamos autoridad y valor a todos nuestros esfuerzos.
Construimos una narrativa negativa sobre nuestra capacidad para resolver errores o avanzar sobre obstáculos.
Y definimos al error cómo algo a evitar a toda costa.
Provocando que, con el tiempo, evitemos tomar riesgos, y enfrentar adversidades y la incertidumbre.
Entonces, cómo podés hacer para…
Mejorar tu bienestar emocional y satisfacción
Reducir la presión interna
Disfrutar más del proceso
Ser capaz de manejar la incertidumbre y adaptarte a circunstancias cambiantes
Imaginá poder desarrollarte dentro de un ambiente donde aprendés a manejar el miedo a equivocarte y a no estar a la altura.
Donde te concentrás en lo que realmente podés controlar...
Dejando de lado la preocupación y presión constante, y abriéndote a la posibilidad de que no todo esté bajo tu control.
Sintiéndote más relajado y flexible a la hora de enfrentar desafíos.
La idea es moverse hacia mejor porque perfecto nunca llega.
Entiendo la perfección cómo ese balance que encontramos dentro de lo imperfecto. Para poder ir más allá de las frustraciones y miedos primero hay que hacer un cambio de paradigma.
Hay que resetear nuestra mentalidad y perspectiva sobre los procesos y resultados.
Redefinir ciertos conceptos para retomar el control sobre lo que nos caracteriza.
Entender cómo definir el éxito
Tenemos que hacer el esfuerzo reiterado por cambiar lo que creemos que conforma nuestra identidad. Concentrarnos en las acciones que tomamos para conseguir nuestros objetivos.
Basar cuánto valemos por los resultados que alcanzamos = Frustración cuando no obtenemos resultados similares.
Concentrate en las acciones que estas dispuesto a realizar y que hacen que no sea razonable no lograr lo que deseás.
Hacé que las grandes metas que te propongas sean cosas que puedas controlar absolutamente.
Podés controlar la cantidad de acciones que estás dispuesto a realizar.
Y de ahí, poder juzgar el éxito que tuviste por cuánto te adheriste a las acciones que te habías propuesto.” — Alex Hormozi.
Leé eso otra vez.
Si hay algo que quiero que te lleves de esta lectura es esa definición. Realmente no tiene desperdicio.
No habla sobre esforzarse más o de ser más disciplinado, sino sobre un cambio de perspectiva.
Enfocarse en lo que llamo “requerimiento mínimo de aportes“.
Redefinir el error
Entender el error como algo que no debería estar ahí es de las ideas que más te van a limitar a la hora de enfrentarte a desafíos.
Robert Greene habla sobre el aprendizaje en el error en su libro “Mastery":
“Los errores y fracasos son precisamente tu medio de educación. Te hablan de tus insuficiencias. También te permiten ver los defectos de tus ideas, que sólo se revelan en la ejecución de las mismas.”
Y agrega “De hecho, es una maldición que todo salga bien en el primer intento.”
Es esencial empezar a ver el error como un paso preliminar y obligatorio en el aprendizaje y desarrollo.
Valorando el esfuerzo constante y la capacidad de aprender de los errores, podés alcanzar estándares elevados de una manera realista y sostenible.
Todo se reduce al proceso
Unos cuantos meses atrás me crucé con un video de un tipo hablando sobre Copywriting y Email Marketing. Me interesó así que empecé a estudiar y leer todo lo que pude sobre eso.
Un tiempo después..
Empecé a desarrollar un proyecto para emprender, a medida que me iba capacitando.
Pero otra vez, el miedo de que no salga como yo esperaba me abrumó.
Durante el ‘desarrollo’, le pedí a un muy amigo mío, con bastante experiencia dentro del mundo business..
(Fue profesor mío en el colegio)
Para que me vaya dando una mano y me mentoree.
Hacíamos reuniones una vez por semana. Entonces, un día le expliqué sobre este miedo de no saber si iba a valer la pena hacer todo esto.
A lo que me contestó algo así cómo:
“Va a valer la pena salga como salga. Esto va más allá de los clientes que puedas conseguir o cuanto puedas llegar a cobrar. Quedate con todo lo que aprendés“
Y entendí que por más que no “funcione”...
Todas las habilidades, el conocimiento, y la resiliencia de haber pasado por ese proceso..
Iba a ser mayor que lo que me podría ofrecer alcanzar el objetivo que me planteé en un principio.
Esta frase de Tim Ferris a la hora de elegir desafíos lo retrata a la perfección.
“¿Puedo tener éxito incluso si fracaso?”
Elegí caminos en los que valga la pena el trayecto.
Que lo único que te ofrezca no sea simplemente el resultado.
Escribir: 3 maneras en las que te ayuda
Si tuviese que tomar todas estas perspectivas..
Y empaquetarlas bajo un método concreto para aplicarlas, sería bajo la escritura.
1) claridad
Suelo escribir de manera constante. Hace ya tiempo me di cuenta de que me sirve para encontrar mayor claridad:
Sobre lo que quiero
Sobre lo que hago
Para entender por qué hago lo que hago
Para analizar e identificar mis propios procesos
De esta manera entiendo mucho mejor mis acciones y mis pensamientos. Tanto mirando hacia atrás como hacia adelante.
Puedo identificar fácilmente qué factores influyen en
Mi rendimiento
Mis decisiones
Y mis perspectivas.
2) avanzar sobre el error
El error va a seguir apareciendo hasta que lo identifiquemos y lo pasemos por encima. Analizando tus acciones, te va a ser mucho más fácil darte cuenta de donde está la piedra con la que te tropezás una y otra vez.
3) identificar qué cosas funcionan (y qué no)
Al mismo tiempo que ves dónde no pisar, ves en dónde hacerlo.
Intentá identificar qué te hizo ser bueno en las cosas en las que destacas. Qué hiciste y qué seguís haciendo para mantenerte en ese nivel.
Tomá esas las conclusiones, tenelas presente e intensifica sobre ellas.
Concentrarse en las “palancas” que mayor influencia tienen sobre nuestro rendimiento es la manera más efectiva para impulsar resultados sostenidos.
Para escribir, uso Notion. (Lo recomiendo ampliamente)
Te ofrece miles de opciones de formateo y podés diseñar plantillas y crear bases de datos de manera muy simple.
Cómo seguir desde acá
Cambiar las narrativas basadas en el desempeño a narrativas basadas en el esfuerzo es más simple de lo que parece.
1) Incorporá el hábito de escribir seguido. Puede ser algo complicado si no lo hiciste nunca, por eso te dejo algunos puntos que te pueden dar una mano para guiarte.
Si ves que te cuesta arrancar, podés empezar escribiendo una lista en viñetas que quizás te sea más simple.
Articulá tus pensamientos
Desarrollá sobre ideas que se te crucen
Identificá las emociones que sentís
Reflejá sobre tus acciones
O simplemente hace un repaso de tu día
2) Agarrá una hoja y un lápiz o, cómo prefiero yo, abrí un archivo en Notion y responde las siguientes preguntas. Recomiendo también recurrir a otra persona para que te ofrezca devoluciones útiles.
¿En qué me dijeron que soy bueno/malo?
¿En qué me he dicho que soy bueno/malo?
¿En qué soy bueno/malo y por qué?
¿Fue algo natural para mí o puse mucha práctica en ello?
(No. Hacerlo ‘mentalmente‘ no es lo mismo)
Lo mismo, para responder estas preguntas puede ser útil hacerlo en el formato de lista.
Desapegarse del resultado
En vez de tratar de controlar cosas que están fuera de nosotros, ampliemos la mirada sobre qué es lo que realmente está bajo nuestro control para poder usarlo a nuestro favor.
Como dije anteriormente…
El hecho de que el resultado no esté absolutamente bajo tu control no es algo desalentador, ni mucho menos limitante.
Al revés...
Entenderlo de esta manera es lo que te va a permitir ampliar tu perspectiva sobre qué podés hacer al respecto a la hora de enfrentarte ante un desafío.
Te permite redefinir conceptos que te habilitan tomar mayor control de tu entorno.
Distinguir la persecución de la perfección absoluta—que muchas veces te detiene de terminar, o inclusive arrancar, ciertos proyectos—de las mejoras continuas y significativas.
El cambio de foco no es para dejar de lado el resultado, sino para lidiar de una manera más efectiva con el fracaso.
Tu capacidad no depende solamente del resultado que puedas obtener sino de la cantidad de recursos que puedas ofrecer.
Recapitulando
Redireccioná tus narrativas y ligá tu identidad a tus esfuerzos
Redefiní el error como un paso preliminar y obligatorio para aprender
Disfrutá del proceso eligiendo caminos que te ofrezcan beneficios más allá del resultado
Escribí. Identificá qué funciona, qué no, y sobre qué actuar
Concentrate en lo que está bajo tu control.
gracias por leer.
Si implementás el ejercicio de las preguntas, ves que te trae resultados y querés compartirlos..
Si querés saber más sobre Notion..
Si querés implementar el hábito de escribir y necesitás ayuda..
Podés responder a este mail o escribirme en alguna de mis redes.
goodbye, buena semana.
que te diviertas
Bautista.