- Bautista
- Posts
- ¿Por Qué Hay Cosas Que Te Cuestan Más de lo Que Deberían?
¿Por Qué Hay Cosas Que Te Cuestan Más de lo Que Deberían?
Muchas veces luchamos por llevar a cabo (y sostener) hábitos saludables.
Ir a entrenar
Leer un libro
Comer sano
Empieza un nuevo año y ya nos ponemos metas de todo lo que queremos alcanzar. Las transformaciones que queremos hacer.
Pero al cabo de unos meses, se asoman las responsabilidades de siempre.
Y entonces se vuelve difícil. Mcuhas personas piensan que tiene que ser así. Difícil.
Que tienen que luchar, sufrir y sangrar para que lo que hacen cuente.
Piensan que ese es el único camino. Que mantener la constancia con hábitos saludables tiene que ser un sacrificio.
Pero el mayor error que cometen, es pensar que todo depende exclusivamente de sus acciones o su motivación.
¿Pensás que dependés solamente de tu voluntad?
No debería ser así.
Por eso no podés mantener una constancia, estás enfocándote simplemente en tus acciones, sin tomar en cuenta el principal factor que te afecta. Es como intentar remar contra la corriente.
La importancia de los hábitos saludables se ven en el largo plazo, cuando podemos mantenerlos.
Entonces…
Tenés que encontrar una manera fácil de hacerlos. Tenés que reducir la fricción de implementarlos. Pensá en esto:
Si querés cultivar una huerta, no intentás sembrar las semillas sobre un espacio de tierra bajo, donde no pega el sol y la lluvia siempre lo inunda. Por mucho que te esfuerces, las plantas no van a crecer como esperás.
Podés tirarles fertilizante, decirles palabras lindas, o rezarle a los dioses de la agricultura, que no va a pasar nada. Simplemente te vas a frustrar y sentir un inútil.
Pero, si en lugar de sembrar ahí, buscás un espacio de tierra fértil donde pega el sol, y no se inunda…
Bingo. Tus esfuerzos se vuelven mucho más significativos.
(Y tu huerta crece)
(Y no te sentís miserable)
Esto es algo que muchos no ven. Se frustran por sentirse indisciplinados, y no se dan cuenta que su entorno los está perjudicando.
Se están complicando sólos. Sin dudas sería imposible sostener/corregir/incorporar un hábito de esa manera.
A veces es mejor (y más fácil) cambiar el entorno en el que estamos, que luchar contra él hasta agotarnos.
Tu entorno te define
Hace más de 160 años, Charles Darwin propuso que la evolución de los organismos se da a través de la “selección natural”. Resaltó el papel fundamental de lo que nos rodea en nuestro desarrollo como especie.
Richard Dawkins lo llevó más lejos: No sólo nos adaptamos para sobrevivir, reflejamos nuestro entorno.
Sugiere que los organismos no son entidades aisladas, sino reflejos a una escala menor de su propio entorno. Y que lo hacen para operar efectivamente en él.
“Todo organismo debe ser un microcosmos de su entorno.”
Esto quiere decir que cada individuo va a reflejar en sí mismo, patrones universales de su ecosistema.
Por más que no sepamos nada del contexto ambiental, podemos descubrirlo de solo observar las características de un individuo.
Por ejemplo, nuestros comportamientos y hábitos, entre otras características, están influenciados por nuestro ámbito físico, social y cultural.
Si el organismo es un mero reflejo de su entorno, entonces..
Cambios en tu entorno pueden generar un impacto directo en tu evolución personal.
Y esto lo habrás escuchado seguido, con un ejemplo claro..
“Somos la combinación de las cinco personas con las que más nos relacionamos”.
Pedro el estoico
Supongamos que Pedro quiere dejar de usar tanto el celular. Él piensa que lo que tiene que hacer es simplemente resistirse a usarlo y atajarse cuando lo está por agarrar.
Pero lo si observamos detenidamente, vemos que lleva el celular a todos lados. Cuando va al baño, cuando cocina, yendo de la cama al living, cuando va a comprar pan al chino.
Vive 24/7 con el celular a un metro de distancia y después dice que quiere reducir las 10 horas de uso diario de pantalla.
- Dale Pedrito! -
Lo que no entiende nuestro amigo es que, el entorno siempre va a tener mayor poder que cualquier acción que quiera tomar. Si es casi una extensión suya, al segundo que se aburra va a entrar en Tiktok sin darse cuenta. Y ahí se le van a ir dos horitas.
Pero supongamos que Pedro es un estoico que se resiste a usar el celular, y puede controlarlo. El esfuerzo es demasiado grande para resistirse, no puede distraerse.
¿Cuántas veces estuviste en el mismo lugar que nuestro querido Pedrito?
Estando en su lugar…
¿Preferirías vivir estresado por tener que resistirte a usar el celular o te gustaría que sea algo que no tengas ni que pensar?
Si querés mantener, incorporar o corregir hábitos saludables…
Tenés que poner tu entorno de tu lado. Sino, vas a estar remando contra la corriente.
Depender exclusivamente de tus acciones es lo que te está deteniendo de ser constante
Si intentás el acercamiento estoico de Pedro, el principal problema con el que te enfrentarías es que...
Tenés responsabilidades mayores.
Trabajo, estudio, entrenamiento, proyectos personales, etc.
Y eso va a requerir de esfuerzo o disciplina.
Entonces, imaginemos que ese esfuerzo—vamos a llamarlo fuerza de voluntad—es como una moneda.
Tus responsabilidades mayores, van a requerir grandes cantidades de esa moneda. Lógico.
Y el asunto es que, si querés incorporar o corregir un hábito que requiera de mucho esfuerzo, vas a necesitar mucho de esa moneda para sostenerlos.
En ese caso pueden pasar dos cosas:
Que intentes mantener los hábitos, afectando tu rendimiento en las áreas más cruciales y poniéndolas en riesgo.
O que no puedas mantener los hábitos por las demandas de tus responsabilidades mayores y los dejes de lado.
En ambos casos salís perdiendo. Esto es lo que le pasa a muchísima gente.
Tu fuerza de voluntad es un recurso limitado. Si gastás todo en luchar contra tus hábitos, no te queda nada para lo que realmente importa.
Pero como dije antes, no tiene por qué ser así. Más sabiendo el poder que tiene nuestro entorno.
Pensá, ¿Por qué te es tan fácil agarrar el celular y pasar horas en redes sociales?
Porque su diseño está optimizado para que el uso sea fluido y que no haya fricciones.
El esfuerzo para entrar y usarlas, es mínimo o nulo. No tenés que pensar qué estás haciendo cuando entrás, te sale automáticamente.
Quizás hasta entrás para buscar algo y sin darte cuenta estás viendo memes hace 15 minutos.
Con cualquier hábito que quieras incorporar o corregir tenés que hacer lo mismo.
No te enfoques tanto en el esfuerzo que tenés que hacer para llevarlo a cabo, pensá desde el diseño de tu espacio físico, de tu rutina, de tus otros hábitos, la gente con la que te relacionás.
Crear un entorno mejor…
Genera mayor impacto
Requiere de menos esfuerzo
Y te ayuda a mantener hábitos en el largo plazo
“Si te convertís en tu entorno, creá mejores entornos.”
Las palancas de tu entorno
Siempre que quieras mejorar tu entorno tenés que tener en cuenta…
Todo lo que lo conforma - tus relaciones, tu rutina, tus espacios.
Qué estás buscando - cuál es el objetivo o la dirección.
Distinguir ‘refuerzos’ y ‘debilitadores‘ - qué cosas te suman y cuáles restan, en relación a lo que querés alcanzar.
La fórmula de la optimización está en hacer cambios para:
Reducir la fricción de llevar a cabo los “refuerzos“ (las acciones o elementos que te impulsan en la dirección que querés ir)
Aumentar la resistencia con los “debilitadores“ (las acciones o elementos que te detienen de alcanzar lo que buscás)
En términos simples, facilitá lo positivo y obstaculizá lo negativo. Así, vas a optimizar la fluidez y la automatización, sin la necesidad de esfuerzo excesivo.
Cambios sobre el entorno
Relaciones
En el área de tus relaciones, tené en cuenta las ideas, las creencias, los hábitos, y los objetivos de otras personas.
Tener una persona que apunta en la misma dirección en la que querés ir, va a impulsarte a seguir por ese camino.
Tus relaciones van a incidir en cómo internalizás ciertas costumbres o actividades como algo normal, habitual o cotidiano.
Rutina
Tu rutina está definida por tus prioridades y responsabilidades, que van a definir tus actividades, tus secuencias y tus horarios.
Entonces, podés hacer un cambio rotundo tocando tus prioridades o responsabilidades, pero también podés mantenerte en la misma rutina alterando elementos internos.
Una gran manera de hacerlo, es planificando la semana y el día.
Así, podés visualizar lo que viene y anticiparte a situaciones que te jueguen en contra, organizándote para poder cumplir con lo que te proponés.
Si te cuesta organizarte, un buen lugar para empezar es el Planificador Integral.
Si te cuesta organizarte, un buen lugar para empezar es el Planificador Integral.
Tus actividades u horarios, son simples de entender. No necesitás que te explique cómo modificarlos. Pero puede que el término de secuencias no sea tan claro.
Tus secuencias son como mini rutinas dentro de la rutina. Podés alterar tus secuencias para agregar fluidez en la incorporación o correción de hábitos.
A mí por ejemplo, me gusta ir al gimnasio cerca del mediodía. Pero me doy cuenta que me cuesta mucho más ir a entrenar si voy después de almorzar que antes. Entonces, cambié la secuencia:
Por más que se me haga tarde, prefiero ir al gimnasio primero y después almorzar.
Algo que le suele pasar a muchos es dejar el entrenamiento para el final del día y no poder cumplir porque, para cuando llega el momento, se sienten agotados. Una solución podría ser:
Dormirte más temprano, levantarte antes, e ir a entrenar a la mañana. Te aseguro que vas a arrancar el día con más energía.
Si no, supongamos que trabajás o estudiás hasta la tarde. Podés llevarte una mochila preparada para ir al gimnasio antes de volver a tu casa.
Así, evitás la comodidad de tu casa antes de ir a entrenar y te sacás todo de encima.
Espacios
Tu entorno físico está determinado por lo que te rodea. Acá podés cambiar la disposición de las cosas.
Supongamos que querés mejorar tu concentración. En vez de tener el celular (una distracción) al alcance de tu mano, podés dejarlo en otro cuarto.
Si puede que lo necesites, lo mejor es al menos, dejarlo fuera de vista. Yo suelo dejarlo detrás de la computadora o a mis espaldas. Ahí estoy agregando resistencia para agarrarlo.
Otro ejemplo puede ser que, si querés empezar a comer más sano, dejes de comprar cosas dulces. De esa manera, cuando te agarre un antojo, no tengas rápido acceso a algo dulce.
Si querés empezar a leer, tené el libro siempre a disposición, cerca tuyo. Así, va a ser más fácil que lo agarres.
Ejemplo
¿Querés dejar de usar el celular? Ponete reglas:
Relaciones: Cuando estés con otra gente no lo uses a menos que sea urgente, tené una conversación, escuchá atentamente.
Espacios: No lo lleves al baño, no hay nada que tengas que hacer en el baño que requiera el uso del celular.
Secuencias: A la noche, en vez de quedarte con el celular hasta que cerrás los ojos, poné la alarma y dejálo en modo avión. Leé un libro, mirá la tele o acostate a dormir.
En todo lo que quieras hacer, pensá siempre cómo podés hacer más fácil lo que te cuesta.
La clave está en agregar o reducir resistencias para optimizar tu entorno en relación a tu objetivo.
Dejá de depender de tus acciones y poné tu entorno de tu lado. No se trata de luchar contra vos mismo, sino de construir un entorno que trabaje a tu favor.
Acordáte, ¿qué querés reflejar?
Gracias por leer. Buena semana, que te diviertas.
Bautista.