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¿Te Estás Autolimitando?

Cómo cambiar las creencias silenciosas que te están frenando de vivir la vida que querés:

Durante la Guerra de Corea, los comunistas chinos querían que los soldados americanos que tomaron como prisioneros de guerra, colaboraran con ellos.

Algo muy complicado porque como soldado americano:

1) son los que te tomaron como prisionero 2) es el enemigo y 3) eran comunistas.

No había forma de que lo consigan.

Esta era gente que estaba entrenada para dar nada más que su nombre, rango y número de serie.

Aun así…

Cuando los soldados pudieron volver a su país, fueron estudiados y estas son algunas de las conclusiones que pudieron tomar de su comportamiento:

“Deserción, deslealtad, cambio de actitudes y creencias, y dudas sobre el papel de Estados Unidos (en la guerra)”

Sí, los chinos lo lograron de manera efectiva. Pero lo llamativo es que…

No fue a través de la fuerza. Tomaron un acercamiento muy distinto.

¿Qué pudo haberlos llevado a cooperar y a manifestarse públicamente en contra de su país?

Es como que un vegano militante empiece a comer asado todos los domingos y suba fotos a Instagram diciendo 'La carne es vida'.

¿Qué hicicieron entonces?

Empezaron de a poco y construyeron.

Fue un proceso de manipulación psicológica que resultó ser llamativamente efectivo.

El punto es que, el partido comunista chino no buscaba solo información…

Sino que quería reprogramar la percepción de los prisioneros sobre sí mismos, su país y el comunismo.

Usaron la escritura como medio y se enfocaron en un método que se basaba en el principio de compromiso y consistencia:

Entonces hoy…

Quiero mostrarte cómo podés hacer algo parecido a los chinos y usar la escritura para tomar ventaja de ese principio y así:

  • Avanzar hacia lo que sea que te propongas

  • Incorporar o eliminar ese hábito con el que tanto luchás

  • Moverte más allá de las trampas y los obstáculos de siempre

Pero principalmente…

Cambiar tu mirada y tus creencias sobre quién sos y quién podés ser.

Asi que, si te encontrás constantemente con que no podés mantener la consistencia en tus hábitos, con tus objetivos..

Si sentís que por momentos no avanzás o que seguís peleando con los problemas de siempre…

O si estás insatisfecho con quién sos, o con ciertas partes de quién sos…

Empecemos de a poco y construyamos:

La manipulación de la autopercepción y la convicción

En principio, los chinos impulsaron a los americanos a aceptar pequeñas afirmaciones ‘anti-estadounidenses’ aparentemente inofensivas.

“Estados Unidos no es perfecto” o “En un país comunista, el desempleo no es un problema”.

Pero, una vez que accedían a esas pequeñas solicitudes, redoblaban la apuesta.

“Si decís que Estados Unidos no es perfecto… ¿podrías señalar qué puntos lo hacen imperfecto?”

Algo así les pedían a los americanos.

Con eso, armaban una lista de los problemas o fallas que tenía Estados Unidos, y la firmaban con su nombre.

Muchas veces, podían ser obligados a leer su lista en un grupo de discusión con otros prisioneros.

(Buscando que compartan públicamente cosas que ellos mismos dijeron.)

Finalmente, se les pedía que escribieran un ensayo ampliando su lista y analizando estos problemas con mayor profundidad.

Lo que buscaban los chinos, no era que simplemente repitan lo que les decían.

Estructuraron toda la experiencia para que los soldados cambiaran su percepción de sí mismos en función de lo que hacían.

Escuchar atentamente o estar de acuerdo verbalmente con la ideología china, no era suficiente.

Siempre los impulsaban a escribir.

Si un prisionero no estaba dispuesto a escribirlo libremente, lo persuadían para que al menos copiara una declaración (a favor del partido comunista).

Lo cual parecía algo intrascendente.

Pero el punto es que…

Una declaración escrita es algo tangible.

Es evidencia real de un hecho y algo que puede mostrarse a otros.

Una vez que lo escribís, ¿cómo te convencés de que no lo hiciste?

Y si lo hiciste…

¿Es porque lo creés?

Si no…

¿Por qué lo hiciste?

Probablemente las condiciones adversas ayudaron.

Si te estás muriendo de frío y, escribiendo el mismísimo manifiesto comunista podés ganarte una manta para no congelarte…

Bienvenido el comunismo!

Pero lo sorprendente es que, en general, la mayor recompensa que obtenían eran un par de cigarrillos extra o un poco de fruta fresca.

Los chinos evitaban otorgar grandes premios porque querían que los prisioneros se apropiaran por completo de sus acciones.

No se les permitía tener excusas ni salidas fáciles.

Un prisionero que escribía comentarios anti-americanos en su ensayo no tenía que poder justificarse diciendo que lo había hecho a cambio de una gran recompensa.

De esa manera, era más probable que entiendan que ellos mismos habían elegido y pensaban, lo que escribían.

Y el tema es que…

Cuando creemos que elegimos algo en ausencia de presiones externas, aceptamos la responsabilidad que trae esa decisión.

Nos apropiamos de nuestras decisiones. Hay cierta convicción.

Una gran recompensa o amenaza puede motivarnos a cumplir, pero es poco probable que genere un compromiso duradero.

Por eso, los chinos solían otrorgarle el premio a un ensayo que en general apoyaba a Estados Unidos, pero que hacía alguna alusión favorable al partido chino.

Les dejaban cierta libertad.

No esperaban que escriban exclusivamente a favor del comunismo.

Su imagen de ellos mismos quedaba atrapada por la presión de la consistencia.

Desde adentro, tenemos la necesidad de alinearla con las acciones propias.

Desde afuera, tendemos a ajustarla según cómo los demás nos perciben.

Entonces, vamos a ver qué tenemos que tener en cuenta y cómo podemos usarlo a nuestro favor.

Tus narrativas condicionan tu manera de actuar

Lo principal que tenemos que tener en cuenta son nuestras narrativas.

¿Qué son?

Son las historias que nos contamos. Pero lo curioso es que no las escuchamos.

Se deslizan por debajo de lo que percibimos conscientemente y se reflejan en nuestras acciones.

Digamos que son algo así como los anteojos a través de los cuáles interpretamos el mundo.

Es el lente que delimita lo que creemos verdadero, correcto y posible.

Se nutre de las estructuras (estándares de la sociedad y nuestros padres) y las experiencias (recompensas, elogios, y etiquetas que recibimos) que absorbemos.

Las primeras moldean cómo interpretamos el mundo. Las segundas definen cómo nos vemos a nosotros mismos.

Es lo que influye en esa ‘voz interna’ que por momentos nos critíca. Esa voz interna son nuestras narrativas hablandonos.

En ese formato lo escuchamos claramente. Pero cuando actúa únicamente como un lente perceptivo, opera en silencio.

No nos damos cuenta que está ahí porque no suena como una voz, sino que toma la forma de “la realidad misma” (tu realidad).

Y lo que pienses sobre el mundo y la mirada que tengas sobre vos mismo, van a condicionar la manera en la que decidís actuar.

Aunque sea inconscientemente.

Si no te animás a hacer algo es porque probablemente…

  • Pienses que no sos capaz de hacerlo…

  • Que esforzarte por alcanzarlo no va a ser suficiente..

  • O que ni siquiera sos digno de intentarlo.

Y eso es lo que detiene a muchos de mantenerse constantes con lo que se proponen.

Su imagen sobre ellos mismos los frena de creer que son capaces de hacer lo que desean.

Esa idea se manifiesta silenciosamente cuando dejamos de seguir nuestros sueños, cuando perdemos la constancia con lo que nos proponemos, o cuando desistimos por sentirnos frustrados.

El punto es que…

Nuestras narrativas condicionan nuestras acciones.

Entonces…

Si cambiamos nuestras narrativas, cambiamos nuestras acciones.

Un ejemplo muy fácil: Se te antoja un helado.

Pero como pensás que no te queda plata en la cuenta, decidís no ir a la heladería y comprarte un cucurucho.

Al rato, te fijás en tu cuenta y en realidad te das cuenta que tenías mucho más de lo que pensabas. Entonces ahora sí, te ponés las zapatillas y te vas a comprar el helado.

Lo que creías (cuánta plata tenías en la cuenta), condicionó la decisión que tomaste (comprarte el helado o no).

La cuestion es que primero tenés que saber cuáles son las narrativas que impulsan tu accionar. Para saber sobre qué trabajar.

La mejor manera de hacerlo por tu cuenta (y acá no acepto discusiones) es…

Reflexionando a diario de manera escrita.

El partido comunista Chino lo tenía clarísimo.

Cómo dijimos antes, escribir deja una evidencia real.

Y haciéndolo a diario, podés reconocer con mayor facilidad los patrones que repetís, las narrativas que impulsan a esos patrones, y la identidad con la que te percibís.

Es una herramienta que te permite tomar las riendas de lo que está bajo tu control.

Si bien los chinos usaron la escritura para reprogramar la autopercepción de sus prisioneros..

Nosotros también podemos usar la misma estrategia para reconfigurar nuestras narrativas internas.

El autoadoctrinamiento — 4 pasos para cambiar tu idea sobre vos mismo

“Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”

Eduardo Galeano

Acá vamos a centrarnos en un punto crucial: ¿Qué idea tenés sobre vos?

No podemos cambiar quien somos simplemente convenciéndonos, pero…

Podemos revisar la imagen que tenemos sobre quién creémos que somos y reconfigurarla.

Este ejercicio sigue la lógica del método chino. Es un ejemplo que te puede servir si creés que no sos capaz de mejorar esforzándote en algo.

Podés seguir la misma estructura de pasos y adaptarlo para la situación en la que te encuentres.

Además, es una buena guía para revisar tus narrativas.

El ejercicio:

Agarrá una hoja o creá un documento en la computadora y seguí estos 4 pasos:

1) Apertura:

Respondé con un o con un no. No hace falta que expandas la respuesta:

¿Podés reconocer ALGO que hayas hecho bien o que suelas hacer bien?

Te aseguro que podés. No avances hasta que lo encuentres.

Después escribí: “Hay algunas cosas que soy capaz de hacer bien.“

2) Aceptación formal:

¿Cuáles son esas cosas que podés hacer bien?

Armá una lista.

3) Reflexión:

Entre todas esas cosas, ¿siempre fuiste bueno o hubo un momento en que no?

¿En cuales de ellas te esforzaste o trabajaste para ser bueno (y qué fue lo que hiciste)?

¿Te encontraste con frustraciones u obstáculos que pudiste resolver?

Por más pequeño que parezca, acá vas a encontrar evidencia de que con esfuerzo pudiste mejorar en algo.

4) Profundización y Racionalización:

¿Cómo podés replicar lo que hiciste para mejorar en otras áreas que te gustaría hacerlo?

¿Hay algún patrón, sistema o pasos que podés identificar que te hayan servido?

¿Qué es lo mínimo que podés hacer para trabajar en alguna de esas cosas?

Expandí sobre cómo te gustaría hacerlo, por qué, qué te gustaría alcanzar.

Hacelo con total libertad. Esto es para vos, no hace falta que lo lea nadie.

Este ejercicio te va a guiar para que puedas usar la escritura para revisar lo que creés verdadero, correcto y posible…

Y así puedas entenderte mejor, trabajar sobre vos mismo con muchísima más claridad, y ser más constante para alcanzar resultados duraderos y sostenibles.

Gracias por leer.

Buena semana, que te diviertas.

Bautista.

P.D: Si te interesa este tipo de ejercicios…

Estoy trabajando en algo muy copado.

Son unas plantillas y ejercicios simples y prácticos que te van a ayudar a conocerte mejor, organizar tu conocimiento, y clarificar tus ideas para transformarlas en un proyecto real.

Quiero construir algo bien completo y transformador.

Así que si estás buscando algo de ese estilo y te gustaría ayudarme a hacerlo de la mejor manera…

Podés darme una mano contestando unas preguntas en este formulario.

Todo lo que comparto surge de cosas que me sirvieron o que uso a diario.

Pero para poder transferirlas siento que tengo que adaptar ciertos puntos para que otros puedan darle su propio uso.