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El Primer Paso Para Encontrar Lo Que Te Gusta

Si creés que nunca vas a encontrar nada que te cautive, esto va a cambiar tu mirada:

Todos queremos encontrar nuestra pasión.

Eso que nos hace levantar a la mañana llenos de energía, dispuestos a volcar todos nuestros esfuerzos, y lo que nos da una sensación de plenitud.

Pero ¿existe eso?

¿O es solo una fantasía?

Una ilusión que nos creamos para vivir con la idea de que existe algo mejor.

Yo por lo menos, estoy convencido de que hay algo en cada uno de nosotros que busca expresarse y que nos hace únicos.

Entonces, si por momentos te sentís perdido y creés que la idea de encontrar lo que te gusta, es algo que solo le pasa a los demás…

Veamos si realmente estás atacando el problema de la manera correcta.

Porque habiendo estado en esa situación por muchos años, hoy me doy cuenta de los errores que estaba cometiendo y las trampas en las que caía.

Que me hacían creer que nunca iba a encontrar nada que me cautive.

Así que quiero compartirte las cosas que aprendí en todo ese tiempo, que te van a ayudar a desarmar esa creencia.

Tenía pensado hacer un repaso general por encima de los puntos cruciales.

Pero me dí cuenta de que había mucho más. Así que este va a ser el primer paso.

Voy a abrir una serie de ediciones, que no sé cuánto pueda extenderse. (Quizás 3/4 ediciones. Quizás más)

No quiero limitarme por hacer que entre todo en un newsletter.

Sé que si sacrifico profundidad para cumplir con una extensión determinada, voy a reducir el valor y el impacto de lo que quiero transmitirte.

Así que, esta es la parte 1 de cómo encontrar lo que te gusta.

Tu vocación, el llamado hacia tu destino

Robert Greene descarta la idea de que encontrar tu propósito sea una ilusión.

En su libro Mastery, lo explica con una metáfora muy simple:

Tu composición genética es única. Y es como una semilla, que se planta cuando nacés.

Esa semilla actúa como una energía, que busca crecer, transformarse, y alcanzar su mayor potencial.

Llamemos a esa energía, tu vocación (en latín, llamar o ser llamado, lo que te lleva hacia tu destino).

Dice que cada uno nace con inclinaciones inherentes, que son como las fuerzas de tu vocación.

Son inclinaciones que nos atraen y nos mueven hacia ciertas experiencias, mientras que nos alejan de otras.

Nietzsche llamaría a esa energía la ‘voluntad de poder’. Es una energía que busca expresarse. Y que contiene la esencia más pura de quién sos.

Ya hablé sobre esa energía en esta edición.

Esta energía se conforma y se nutre por tu individualidad. Entonces, cuando esa individualidad se ve afectada, perdés conexión con esa energía.

Y el punto es que, a medida que vamos creciendo hay distintas fuerzas que compiten por el lugar de tu vocación.

Veamos cuál es el problema.

La raíz del problema: la desconexión

Opuesto a esa energía, existen fuerzas que actúan como resistencia.

Fuerzas contrarias que debilitan, e incluso inhiben la conexión con nuestra energía más genuina.

Esa conexión va a variar dependiendo de cuánto hayas cedido ante presiones externas.

Robert Greene dice que:

  • Tus padres,

  • Tus amigos,

  • Y las normas sociales…

Hicieron que te alejes de esa energía y que llegues a dudar de su existencia.

Algo que se relaciona en algunos puntos con la teoría de Jacques Lacan del ‘Gran Otro’.

Lacan no habla sobre la vocación, pero...

Dice que no elegimos nuestros deseos de forma aislada, sino que los internalizamos a partir de nuestro entorno.

Las expectativas y las normas sociales nos estructuran psicológicamente, lo que termina moldeando lo que creemos que queremos.

Y esto es algo que no podemos dejar pasar.

¿Qué te hace pensar que realmente sabés qué es lo que querés?

Freud dejó en claro que no somos los que tenemos el control total sobre nuestra mente o nuestras acciones.

Nuestra conciencia no es lo que dirige todas estas cuestiones, sino que el inconsciente es lo que determina nuestro marco de acción.

“El ego no es el amo en su propia casa”, decía.

Creo que es útil pensar, al menos parte del inconsciente, como un conjunto de motivaciones. Que te van a dirigir en todo tipo de direcciones.

Motivaciones que van a estar moldeadas por presiones del entorno.

Jordan Peterson suele aclarar que es justo interpretar estas motivaciones como personalidades, espíritus o entidades completas.

Cada una es una estructura compleja con sus propios objetivos, incentivos, deseos, interpretaciones, y valores. Y compiten entre sí en busca de dominarte.

Una forma fácil de entenderlo es si alguna vez sentiste que “una parte de vos” quería una cosa, pero otra parte quería lo contrario, o algo distinto a eso.

Estas motivaciones, son fuerzas que compiten tomar control de tus acciones y tu perspectiva.

Entonces, es muy fácil caer en la trampa de creer que realmente sabemos lo queremos o lo que estamos buscando.

Puede que te veas envuelto en una búsqueda por atención, plata o reconocimiento…

Simplemente porque dejaste—probablemente sin darte cuenta—que tomen control de vos, motivaciones que te dirigían en esa dirección.

Vaya uno a saber con qué objetivos, interpretaciones o valores en mente.

Por ejemplo, alguien que cree que quiere ser ingeniero por un deseo o interés propio, pero en realidad solo quiere la validación de haber elegido una profesión "respetable".

Quiere lo que ese título significa. No se involucra por una conexión genuina con esa área.

Estas resistencias son simplemente internalizaciones que se camuflan como deseo propio.

Entonces, nuestra vocación suele quedar enterrada bajo años de condicionamiento por expectativas externas.

Y eso puede ser algo muy dañino y confuso. Porque pueden llevarte por un camino peligroso.

Las motivaciones que predominen en vos van a determinar los objetivos que te encuentres persiguiendo.

Por eso es importante entender tus motivaciones correctamente.

El rol de tus motivaciones en los objetivos que seguís

Según Nietzsche, la moralidad impuesta por la sociedad nos condiciona a reprimir ciertos aspectos propios. Limita la expresión plena de cada uno, y nos hunde a vivir en la mediocridad.

Para Jung esa represión se manifiesta en el inconsciente como motivaciones que guían nuestras decisiones y preferencias, sin que lo sepamos.

Muchas veces, te inclinan hacia lo cómodo, lo seguro, o lo “correcto” (según otros, incluyendo cada una de estas motivaciones).

Ese camino que “conviene”, por lo general, transita lejos de tu interés y tu entusiasmo:

Te transmite la idea de que la vida es menos de lo que en realidad es.

Porque empezás a percibir el placer y la satisfacción como algo ajeno al trabajo.

Y esto es un problema, porque el trabajo va a ocupar gran parte de tu vida.

Entonces, tu día a día toma un color de obligación. De la cual es mejor escapar.

Buscás distracciones que te saquen un rato de la rutina en la que te atrapaste.

Y todo eso te hace vivir desconectado. Con vos mismo y con tu trabajo.

Desconectarte de esa fuerza, te va a arrastrar a vivir una vida que se siente ajena.

Tu trabajo es cavar a lo más profundo de estas capas de influencia externa.

Porque, si no cuestionás estas influencias, podés terminar siguiendo un camino que nunca elegiste conscientemente.

Por eso es importante el autoconocimiento. Para poder reconocer qué espíritu está tomando el control y dominando tus perspectivas y acciones.

¿Qué te hace pensar que sabés lo que realmente querés?

¿Te sentaste a revisarlo y definirlo con precisión?

¿Qué estas buscando?

¿Por qué? ¿Qué motivos hay detrás de tus intenciones, de tus búsquedas?

¿Qué motivaciones estás siguiendo? ¿Te ofrecen lo mejor para vos? ¿Y para los que te rodean?

Esas son preguntas que te vas a tener que hacer si realmente querés encontrar lo que te gusta.

Porque no importa la dirección que sigas, van a aparecer distintas motivaciones. Antes de arrancar tu camino y durante.

Motivaciones que te van a impulsar a seguir por donde venís y otras que te van a generar dudas.

¿A cuáles vas a escuchar?

Más abajo te voy a dejar unas preguntas que te van a orientar para reconectar con tu vocación.

Si no tenés en cuenta estas dinámicas, podés terminar persiguiendo objetivos que no te llevan a donde realmente querés ir.

“Solo es culpable quien cedió en su deseo” 

— Jacques Lacan

Tomar conciencia de qué motivaciones están dominando tus decisiones es un punto de partida.

El primer paso para reconectar con tu vocación

Para Robert Greene, el primer paso para reconectar con esa fuerza que te guía es:

Despejar las voces de confusión y encontrar la conexión con esa vocación.

Hace unos días, hice un video hablando sobre esto y me preguntaron: “¿Cómo despejo las voces de confusión?”

Mirar hacia adentro.

Desconectarte del ruido externo y evitar que las expectativas de otros definan tu camino. Pero, lo más crucial: reconocer qué es lo que está actuando dentro tuyo.

¿Es un deseo por encontrar validación? ¿Reconocimiento? ¿Venganza?

Veamo cómo acercarnos desde algo práctico:

Jung propone el concepto de la individuación.

Es un proceso de autoconocimiento por el cual se descubre y se integra lo consciente y lo inconsciente en una identidad cohesiva.

Nietzsche también se suma a la idea: asimilar lo que consideramos "malo" o indeseable para construir una totalidad integrada.

Si no hacemos este trabajo de integración, esas fuerzas se dispersan. Se esconden por debajo de la superficie y se vuelven en nuestra contra.

Se convierten en auto-sabotaje, insatisfacción, y conflictos internos que nos alejan de la conexión con nuestra vocación.

Entonces, el autoconocimiento termina siendo el vehículo por el cual podemos desarrollar una sensibilidad fina para percibir las fuerzas que nos mueven, y darles una forma clara y funcional.

Si te tomás el trabajo de estructurarla e integrar todas sus partes, se convierte en el motor que te lleva en la dirección correcta.

Si no, se dispersa y se vuelve en tu contra.

Vas a tener que desarmar todas las narrativas que alimentan las motivaciones que te dominan para entender de dónde vienen y a dónde van.

"Llega a ser el que eres, cuando hayas aprendido quién eres." 

— Píndaro

Para esto es esencial dedicar un espacio a la reflexión. Hacerlo escribiendo es la mejor manera.

Porque lo que buscás acá es tener una conversación con vos mismo.

Abrí un diálogo entre las distintas partes dentro tuyo

Al escribir, podés verlas con mayor claridad e identificar cada una de ellas.

Pero entendé que es un proceso. Lentamente, vas a ir encontrando tu propia voz. No hay un botón mágico que soluciona tus problemas.

Tenés que hacer un trabajo arqueológico por encontrar algo que puede estar enterrado en lo más profundo.

  • Sentáte a escribir y buscá identificar todas las partes de vos que se presentan.

  • Distanciáte de ellas. Vos sos quien observa a cada una de esas entidades.

  • Intentá descubrir qué es lo que busca cada una, qué incentivos tiene. Analizálas en profundidad y entendé cómo se manifiestan y qué efecto tienen en vos.

Incorporá el hábito de escribir y vas a ver cómo empezás a ser más consciente de lo que hacés en tu día a día y las cosas que estabas pasando por alto.

La honestidad absoluta es la clave, porque solo así podés desengranar y cavar a lo más profundo de tus inclinaciones inherentes.

Lo importante es que empieces a pensar por tu cuenta para entender qué te está desviando de conectar con tu vocación.

Las múltiples motivaciones dentro tuyo te van a orientar en distintas direcciones.

Y el camino que te veas tentado a seguir va a estar determinado dependiendo de las motivaciones a las que les permitas el espacio para expandirse y tomar control de vos.

Tu verdadera vocación puede estar escondida detrás de esas motivaciones.

Ya vamos a ver cómo prestarle atención y encontrar esa energía, y cómo se manifiesta en la realidad, en la parte 2.

Pero por el momento, empezá por descubrirte a vos mismo.

Estas preguntas te van a orientar:

  • ¿Estoy siguiendo el camino que quiero o solo estoy buscando demostrarle algo a alguien (incluso a mí mismo)?

  • ¿Qué motivaciones me están dirigiendo? ¿Cómo están afectando lo que percibo y lo que quiero?

  • ¿Sé lo que quiero para mi vida? ¿Sé lo que no quiero?

  • ¿Qué es lo mejor para mí y para los que me rodean?

Para complementar esto, podés hacer el ejercicio de visualización a largo plazo dentro del Planificador Integral.

“Algunas personas nunca llegan a ser quienes son, dejan de confiar en sí mismas, se conforman con los gustos de los demás y terminan usando una máscara que oculta su verdadera naturaleza.” 

— Robert Greene

Gracias por leer.

Buena semana, que te diviertas.

Bautista.