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La Fórmula Para Encontrar Lo Que Te Gusta
No caigas en la trampa de elegir solo uno de tus intereses, esta es la manera:
Esta es la parte 4 de cómo encontrar lo que te gusta. Si no la leíste, acá está la parte 3.
Ya estuvimos repasando varias de las creencias que te pueden estar frenando a la hora de encontrar eso que querés hacer de tu vida.
Revisamos:
Cómo tus propias motivaciones y deseos te pueden estar engañando
Cómo te estás limitando con las opciones definidas que te ofrece el sistema
Qué es la pasión y dónde podés encontrarla realmente
Estos fueron primero pasos de una limpieza que te va a permitir navegar tu camino con mayor claridad. Despejamos todas las nubes que nos tapaban la visión, pero ahora…
¿En qué dirección avanzamos?
Porque antes quizás tenías miles de opciones, quizás un poco difusas.
Ahora, puede que el panorama sea más claro, pero seguramente sigan habiendo gran cantidad de posibilidades.
El problema es cómo tomar una decisión.
Porque probablemente no sabés qué trae específicamente cada camino, si realmente te va a interesar lo suficiente, o si te ofrece algo duradero, sostenible y sólido como para volcarte de lleno
Entonces, ¿cómo podés elegir un camino que tenga futuro, valga la pena y te interese profundamente?
Te doy una pista:
No se trata de reducir tus intereses a uno, sino de ordenarlos debajo de tu pasión.
Hoy te quiero compartir:
Cuál es la fórmula para encontrar lo que te gusta,
Por qué deberías aplicar un acercamiento generalista (y qué es),
Y cómo la escritura te va a permitir introducirte en cualquier área, explorarla hasta lo más profundo, y descubrir dónde se encuentra lo que estás buscando.
La trampa reduccionista de los intereses
El principal error que muchos cometen al tomar una decisión sobre qué camino quieren seguir es creer que tienen que dejar de lado todos sus intereses por uno en particular.
Creen que tienen que elegir un sólo interés para poder definir su camino, pero esa es una mirada demasiado reduccionista.
Pero no tiene por qué ser así.
Por eso, me tomé el trabajo (en la edición anterior) de encontrar una definición que nos sirva para entender qué es la pasión y así poder usarla para tomar una decisión más clara.
¿Por qué?
Porque quiero que dejes de pensar en tu área como algo que está simplemente conformado por tus intereses.
Más bien pensálo como la intersección entre tu pasión y tus intereses.
Tus intereses son todo lo que te llama la atención y te atrapa. No los elegís, simplemente te interesan.
Tu pasión, cómo ya vimos, está detrás de una necesidad, una injusticia, una pregunta sin respuesta, una obsesión, profundamente ligada a tu experiencia personal.
Y es el camino con los problemas, obstáculos, obligaciones y sacrificios que elegís y estás dispuesto a enfrentar.
Para simplificar, pensémoslo todo como parte de un gran problema que te cautiva profundamente, y en el que te gustaría trabajar.
Entonces, en lugar de dejar de lado todos tus intereses por uno en particular…
¿Por qué no tomar todos tus intereses y apoyarte en ellos para trabajar en ese problema?
Las demandas complejas del mundo moderno
Tus intereses no se excluyen mutuamente ni compiten entre sí, sino que pueden ser recursos complementarios al servicio de ese problema que te mueve.
Veamos por qué son tan cruciales.
Según David Epstein, Robert Greene, Tony Robbins y varios autores más, el mundo moderno trae consigo una complejidad abrumadora en todo tipo de área.
Los avances en inteligencia artificial, robótica y tecnología en general, hicieron que la competencia se globalice y se vuelva mucho más intensa.
Esto demanda de habilidades interdisciplinarias:
Reconocer patrones
Aprender rápidamente
Organizar grandes cantidades de información
Diferenciar lo valioso de las distracciones y el ruido vacío
Combinar y aplicar conocimiento y habilidades a nuevas situaciones y diferentes dominios
Greene y Robbins hacen gran énfasis en que, quienes no sean capaces de adaptarse y manejar esta complejidad moderna, van a quedar perdidos entre todo el ruido, desorientados por las distracciones y dependientes del criterio de otros.
Epstein complementa esa idea argumentando que la hiper-especialización en un área en particular genera un “atrincheramiento cognitivo”:
A medida que ganás experiencia en un área, es posible que tu pensamiento se vuelva más arraigado y puedas quedar atrapado en patrones demasiado rígidos.
Tomé algunos puntos de su libro que retratan esta idea:
"Cuanto más limitado y repetitivo sea un desafío, mayor será la probabilidad de que se automatice, y quienes puedan tomar el conocimiento conceptual de un problema o dominio y aplicarlo a uno completamente nuevo obtendrán grandes recompensas."
"La amplitud del entrenamiento predice la amplitud de la transferencia. Es decir, cuantos más contextos se aprenden, más modelos abstractos crea el alumno y menos se apoya en un ejemplo concreto. Los alumnos mejoran su capacidad para aplicar sus conocimientos a situaciones desconocidas, lo cual constituye la esencia de la creatividad."
¿A qué va todo esto? Veámoslo.
El camino Generalista
Un estudio hecho en 2013 encontró que los trabajos científicos más influyentes no son los más novedosos o innovadores, sino los que combinan conocimiento ya convencional de maneras atípicas o inesperadas.
Cuanto más interdisciplinario y fuera de lo común es un enfoque, mayor potencial de impacto tiene (siempre que mantenga una base sólida).
Y eso se relaciona con lo que sostiene Epstein en su libro:
Los ‘generalistas’ (personas con intereses amplios que exploran múltiples dominios) tienen una ventaja diferencial que les permite adaptarse a esa complejidad del mundo moderno.
Dice que la gente que explora un amplio abanico de intereses tiende a encontrar soluciones originales a problemas complejos.
Porque en ese proceso de exploración, desarrollan su capacidad para encontrar conexiones entre distintos campos.
Con esa idea en mente, tus intereses se transforman en la base para construir una perspectiva única.
Pero, ¿qué es lo que hace que tener un amplitud variada de intereses sea útil?
Porque sin algo que ordene a esos múltiples intereses, se origina un caos abasallante.
Hay tantas fuerzas tirándote en distintas direcciones que eso te desorienta y te genera una ansiedad y confusión enorme.
Más, cuando pensás que tenés que reducir tu camino a simplemente uno de ellos.
Y acá es donde se vuelve importante entender el verdadero significado de la pasión.
Porque sin algo que te ordene, tus intereses se dispersan y se transforman en esas fuerzas que simplemente te tiran en miles de direcciones y te desordenan.
Si tomás todas esas fuerzas y las ordenas debajo de tu pasión, podés conectar todos tus intereses alrededor de ella.
Y de esa manera, se vuelven tu mayor activo.
Esa es la fórmula para encontrar lo que te gusta:
Un problema que te obsesiona + todos los intereses que te pueden ayudar a resolverlo.
Pero incluso con esa fórmula clara…
¿Cómo sabés cuál es ese problema que te obsesiona?
¿Cómo descubrís qué intereses realmente te atrapan y te pueden acompañar en el tiempo?
Si venías buscando un truco rápido, lamento decirte que no funciona así.
Tener la fórmula te va a dar claridad, pero todavía queda el proceso por el cuál tenés que descubrir donde está tu área.
Ahí es donde entra la herramienta que transformó mi camino: la escritura.
La introspección no es suficiente
No importa cuánto te sientes a pensar al respecto, cuántos videos mires, con cuánta gente hables, si no estás teniendo una experiencia en primera persona nunca vas a tener la claridad para tomar una decisión firme.
La introspección no basta.
Necesitás tomar acción e involucrarte en una exploración activa.
El principal problema de experimentar en primera persona es que requiere de compromiso. Y eso puede significar invertir energía, tiempo, y plata de más.
Pero como estos no son recursos inagotables e infinitos, necesitamos algo que nos permita ahorrarnos de malgastarlos.
La escritura es la herramienta indicada.
Porque te permite explorar, preguntar, conectar ideas, y ver si algo realmente te mueve o si solo te interesaba superficialmente.
Al escribir, descubrís:
lo que pensás
lo que sabés
lo que no sabés
lo que te importa
Y así, ganás claridad.
Lo que parece sólido en tu cabeza, empieza a revelar huecos, contradicciones, creencias falsas, etc.
Es como un espejo: ves cómo evolucionás, qué se repite, qué resuena.
Imáginate que todas las opciones que tenés son como nudos en una soga.
Escribir es lo que te ayuda a ir nudo por nudo para desatarlos. Y así, podés encontrarte con áreas que te ofrecen mayor profundidad y expansión.
Podés ver si realmente te cautivan y si hay más por aprender.
“El conocimiento no está tan compartimentado como yo creía. No son cien habitaciones distintas habitadas por desconocidos; es una sola casa, y la escritura es la llave que abre la puerta.”
Cuando escribís, te podés introducir en cualquier área y recorrer todos los intereses y problemas que llaman tu atención.
Es una forma de entender tus ideas, tus deseos y tus intereses. Así, podés ponerlos a prueba y descubrir con qué conectás más, y qué es lo que más te atrae.
Escribir para destapar el camino
Según Daniel Kahneman, tenemos dos sistemas de pensamiento:
El “rápido” (intuitivo, automático y emocional)
El “lento” (reflexivo, deliberado y racional)
Pero no los trata como dos sistemas completamente separados.
Dice que ejercitar el pensamiento lento, puede moldear o refinar el pensamiento rápido.
Anders Ericsson también se encargó de investigarlo y demostró que el pensamiento reflexivo estructurado permite construir representaciones mentales más refinadas.
Esto significa que a partir de la construcción de esas representaciones, se alimentan respuestas más rápidas e intutitvas.
Y escribir, nos fuerza a usar el sistema de pensamiento más reflexivo.
Esto es importantísimo tenerlo claro, porque se ata con la idea de John Dewey, donde sostiene que no aprendemos directamente de la experiencia, sino que de la reflexión sobre la experiencia.
Que sin ese proceso de digestión interna, no transformamos en conocimiento lo que experimentamos.
Entonces, al escribir, no sólo procesamos detenidamente lo que pensamos, sino que también mejoramos nuestra capacidad de razonamiento y sofisticamos nuestra capacidad para percibir nuevas ideas o perspectivas.
Es decir, la escritura actúa como un “sistema de calibración” que, con práctica y tiempo, afina tu percepción, tu juicio y tu intuición para tomar decisiones.
Por eso si querés encontrar lo que te gusta, ponéte a escribir.
Te va a dar claridad para recorrer en profundidad diferentes áreas y dominios. Vas a poder ver por vos mismo qué es lo que más te atrapa.
Eso te va a dar seguridad. Porque vas a empezar a ver qué tanto te puede ofrecer cada camino, qué tanto conectás, qué conexiones o aportes podés sumar.
Y a partir de eso vas a empezar a inclinarte sobre ciertas cosas en particular.
Todo lo que escribas te va a ir llevando en una dirección y se va a ir cerrando en un punto en concreto.
Cuando todo fluye
Tu trabajo es destapar ese camino de descubrimiento.
Y cuando lo hagas, todo va a empezar a tomar forma. Vas a desarrollar ideas sobre ese área que te van a inyectar con una sobredosis de convicción.
Con el tiempo, y a medida que sumes iteraciones, vas a empezar a “oler” buenas ideas, nuevas conexiones, o inconsistencias, sin saber exactamente cómo llegaste a ellas.
Vas a sofisticar tu intuición, y vas a ir destapando lo que te gusta casi que de manera instinctiva.
Apoyarte en tus intereses para solucionar problemas que te importen te va a permitir captar ideas, relacionarlas, plantear preguntas, y profundizar desarrollos con una delicadeza que solo vos podés acceder.
Vas a tener un toque que no todos tienen.
Pensá que hay particularidades que te llaman la atención que para otros pasan desapercibidas.
Por algo te interesa a vos y no a otros.
Y no es solo lo que te interesa lo que te hace único, es también las experiencias que vivís, las personas a las que escuchás y el sentido que le das a todo lo que percibís.
Porque las personas a las que escuchás o los temas que seguís, no son los mismo que los que escucha o sigue otra persona. Eso define a un grupo en particular.
De ese grupo, no todos van a prestarle atención y van a resonar con las mismas cosas.
Eso establece otro grupo más reducido todavía, del cual no todos van a tomar las mismas interpretaciones o a llegar a las mismas conclusiones porque…
No todos tienen los mismos intereses complementarios..
No todos tienen las mismas experiencias…
No todos tienen la misma memoria..
O las mismas habilidades.
Todas esas particularidades te hacen único.
Y es lo que te va a permitir aportar algo valioso, innovador y con impacto.
Por eso es tan importante seguir lo que te llama la atención y no reducir tu camino a un sólo interés.
Pensá en qué problema te obsesiona y cómo tus intereses pueden ayudarte a trabajar en él.
De eso se trata mi próximo proyecto: El Escritor Generalista. Si eso te interesa, estáte atento.
Gracias por leer, buena semana.
Que te diviertas, Bautista.
P.D: Si este acercamiento te interesa, considerá chequear Exploración escrita. Es un proyecto de escritura para explorar activamente tus intereses para expandir y crear algo con todo lo que aprendés.