• Bautista
  • Posts
  • Lo Que Me Hubiera Encantado Probar Antes de Decidir Sobre Mi Futuro

Lo Que Me Hubiera Encantado Probar Antes de Decidir Sobre Mi Futuro

Cuando estaba en último año de colegio, no tenía idea de qué estudiar cuando terminase.

Me sentía paralizado porque tomar una decisión significaba definir cómo seguía mi vida.

En ese momento, me hubiese gustado haber tenido en cuenta lo que hoy sé que me hubiese ayudado en esos trayectos en que tenés que tomar decisiones pesadas y cruciales sobre tu futuro.

En ese entonces…

Mi mundo giraba en torno al fútbol y no veía ninguna posibilidad contundente por fuera de ese camino, más que algo relacionado al entrenamiento físico.

Pero aún así, también podía ver que habían aspectos sobre marketing que me llamaban, aunque biología y química parecían interesantes desde el lado de la nutrición.

No encontraba un punto medio, porque claramente…

No lo había.

Eran dos caminos que en ningún punto se cruzaban. Entonces, me tomé mi tiempo para decidir recién después del verano, pensando que iba a poder cerrarme en algo más concreto.

No.

Estuve averiguando por distintas carreras: Profesorado de educación física, química, nutrición, y administración.

En todos los posibles caminos intentaba identificar qué salidas laborales tenían, qué proyectos podía armar por mi cuenta, para qué podía usar el conocimiento y las habilidades que me ofrecían…

Pero todo se veía muy borroso.

Además de que no estaba convencido por ninguna de las opciones.

Y en ese momento de mi vida, era muy difícil tomar una decisión así porque no tenía idea de nada. Es complicado, y salvo algunos casos particulares…

Es un desafío con el que se encuentra cualquiera, principalmente en ese momento.

Pensás “Estoy eligiendo «el resto de mi vida»”. 

Después te das cuenta que no es tan así, pero…

¿Qué iba a saber yo en ese momento?

Pensaba que las opciones a elegir eran definitivas. Que cualquier elección errada era fatal. Y que el proceso de comprometerse con una decisión llevaba mucho tiempo como para ver señales que me digan algo relevante.

Entonces, el precio de elegir y equivocarme, era muy caro.

Todo esto me paralizaba y no veía alternativa.

Y cuando no la vemos, lo más fácil es defaultear hacia lo seguro. Pero…

¿Eso termina siendo lo mejor para vos?

El orden de lo seguro es arriesgado también

Estas situaciones de tener que tomar decisiones que parecen ser definitorias para la historia de tu vida pueden aparecer en cualquier momento, no solo cuando terminás el colegio.

Esto pasa porque: vamos cambiando, encontramos nuevos intereses, y perdemos otros. Conocemos gente nueva, llegamos a distintas etapas de la vida y hay cosas que dejan de significar lo mismo.

Vaya uno a saber qué fue lo que determinó que elijas un camino u otro…

Quizás te dejaste llevar por una idea que te iluminó varias señales convincentes y las seguiste, pero que quizás al día de hoy no te llevaron a donde querías estar realmente.

Muchas otras veces puede que te hayas detenido de elegir el camino que más te llamaba por miedo, inseguridades, o falta de conocimiento.

Y puede que, si hoy no estás donde querés estar, esta sea la razón por la que seguís atrasando la posibilidad de un cambio.

Que es absolutamente entendible.

Tenés una estabilidad en tu rutina, en tus hábitos, en tu economía y no la querés perder.

Tenés orden. (Que de por sí, ya es un gran logro)

Pero a veces, el orden puede ser demasiado.

Cuando está impuesto por tus miedos, tus inseguridades y tus narrativas negativas, deja de ser algo tan útil. Porque en lugar de actuar como una base sólida, se dedica a limitarte, por tu ‘seguridad’.

“¿Vas a tirar a la basura todos estos años de esfuerzo y sacrificio? ¿Por qué? ¿Por una idea que suena linda? Es muy arriesgado, lo sabés. No lo necesitás“.

Por eso es difícil salir de esta estructura. Porque significa poner en riesgo tu estabilidad.

Pero no creo que quedarse ahí sea la mejor opción.

Si te dejás dominar por el miedo, estás entregándote a que lo que pase en tu vida te defina.

La diferencia entre los ganadores y los perdedores es que los ganadores se definen por lo que lograron hacer, mientras que los perdedores se definen por lo que les ocurrió.

Alex Hormozi

Entonces, cuando te cruces con esa gente que se inclinó por darle importancia a su autenticidad, te vas a encontrar con sensaciones que te van a hundir a lo más profundo del resentimiento.

Va a exponer esos conflictos internos no resueltos..

Y en ese momento, la estructura que parece tan segura, va a dejar de serlo.

Es difícil salir, porque en principio, todas las ideas se ven difusas e involucrarse de lleno en algo distinto pone en riesgo ese orden, pero…

¿Qué pasaría si pudieses encontrar la forma de ver a dónde te lleva cada camino sin tener que arriesgar esa estabilidad?

La exploración virtual

Elegir un camino es como ir a comprar ropa:

Imaginate que entrás en un local y vas viendo pantalones, remeras, camperas.

Y te vas encontrando con cosas que, al menos a la vista, te gustan. Al mismo tiempo, vas descartando otras que no (por lo general la mayoría).

En todo ese recorrido, hay prendas que captan tu atención. Tus ojos lo perciben, y por el color, la textura o el estilo te llaman a acercarte.

Ahí es cuando determinás si ese artículo es para vos o no. O en principio, si es digno de ser probado.

Ahora suponete que para probarte la ropa que te gustó, no podés ir a los probadores. Tenés que comprarla y ver cómo te queda en tu casa.

Tenés que estar muy seguro para hacer esto, porque si no, puede que toda la situación se extienda innecesariamente.

Vos solo querías ver cómo te quedaba, y si tu apreciación visual no fue del todo acertada, ahora tenés que hacer la devolución y pedir el reintegro (si sos afortunado), o cambiarlo por algo que tampoco vas a saber cómo te queda.

Así es como me sentía cuando me tocó elegir una carrera.

Para optar por una de la cual no estaba del todo seguro para, dentro de seis meses o un año, darme cuenta de que no era para mi y volver a la misma situación…

Prefería no elegir ninguna.

El tema es que ¿Cómo podía evaluarlo realmente si no me involucraba para nada, si sólo miraba desde afuera?

Hoy tengo la respuesta. O al menos, una alternativa. Que me hubiese encantando tener en cuenta en ese momento. Lo que llamo “exploración virtual”.

Consiste en involucrarse en un proyecto de investigación y desarrollo, en el cual el objetivo principal es estudiar tus intereses en profundidad a través de la escritura.

Y hacerlo dentro del marco de un proyecto formal: escribiendo un blog.

La idea de escribir es que te permite explorar ideas, intereses, y escenarios infinitos, sin la necesidad de involucrarte en algo que te comprometa.

Este acercamiento es como abrir los probadores del local de ropa. Podés agarrar todo lo que te gustó inicialmente y ver cómo te queda.

Sin esta opción, las únicas alternativas eran apoyarte en una estimación visual y un compromiso drenante y arriesgado.

Cuando tenés la posibilidad de probarte la ropa, lo hacés sin tener que comprarla. En ese proceso podés ver si realmente te gustaba lo que te llamó la atención en un principio.

Quizás esa remera que te llamaba, era muy linda pero simplemente no encajaba con tu estilo, o con tus características físicas.

Podés encontrar que hay cosas que parecían gustarte, que en realidad se volvían desagradables una vez puestas. Y lo mismo al revés.

Podés descubrir más de lo que pensás.

Puede que te encuentres con combinaciones que antes no veías, pero que destapaste a partir de las pruebas que hiciste.

Cuando escribís, es lo mismo. La idea es hacerlo dentro de un proyecto bien estructurado. Para que puedas explorar tus intereses de una manera organizada.

Y no es simplemente explorar, también es desarrollar y construir en el camino.

Un espacio para experimentar, crear y conocerse

Cómo me hubiese encantado haber tenido en cuenta este acercamiento cuando terminé el colegio. Haberme tomado el tiempo para decidir…

Pero no mirando desde afuera. No, involucrándome en esta exploración virtual donde realmente puedo apreciar la esencia de lo que me intriga.

La principal ventaja de este acercamiento es que el precio de hacer un cambio en tu decisión inicial es muy bajo, o inclusive nulo. Mentira, me animo a decir que el cambio es necesario y positivo.

Vas avanzando, quizás sin saber a dónde vas, pero lo hacés mientras dejás algo tangible en el camino. Porque, por más que cambies de dirección una y otra vez, lo que vas escribiendo queda ahí.

A medida que escribís, vas destapando posibilidades y vas acercándote a algo cada vez más significativo.

Te sumergís en lo que te interesa, y tratás de tocar algo profundo dentro de eso. Algo que te revele la verdadera esencia de lo que te está llamando.

Y en ese proceso..

Inevitablemente, vas a conocerte más a vos mismo. Porque vas a cuestionarte constantemente mientras intentás descubrir qué es lo que más te captura y por qué lo hace.

Levantás la alfombra y te encontrás con huecos en tu conocimiento y deficiencias en tus habilidades, pero también encontrás columnas firmes en las cuales apoyarte.

Vas a entender mucho más en profundidad eso que te interesa, y así, tomar una decisión mucho más auténtica y genuina.

Va a ser una decisión que no requiera de mucha racionalidad, la vas a sentir.

La idea es hacerlo específicamente escribiendo un blog porque define un marco que te exige a ir más allá de lo cómodo. Y es la manera más fácil de llevar tus ideas a la práctica.

Dentro de ese marco, te responsabilizas a cumplir con ciertos criterios que, de dejar cosas escritas en las sombras, sin publicar…

Nunca cumplirías.

Te fuerza a comprometerte con una consistencia:

  • Con tus esfuerzos

  • Con los tiempos propuestos

  • Con un formato y un orden definido

  • Un tono, un estilo, una manera de comunicar

Es una manera de exponerte y de establecer una vara.

De mantener un orden.

Y si decís lo que pensás realmente, de una manera clara, puede que atraigas una audiencia que también le interese lo que decís.

Dentro de ese orden aprendés a investigar y corroborar lo que encontrás. A relacionar conceptos, hilar ideas y desarrollar hipótesis fundamentadas.

Porque tenés que transmitir cierta credibilidad y confianza, sino ¿por qué te escucharían?

Aprendés a decir la verdad de lo que pensás, y a articularlo de una manera que sea clara, transferible, y concreta.

Empezás a observar con mayor delicadeza y a notar patrones similares en cualquier área que antes parecía inconexa.

Y en el proceso, también podés abrir oportunidades profesionales.

De esta manera, encontrás una forma de probar distintas ideas y acercamientos sobre lo que te interesa de una manera segura. Porque podés dedicarle una hora por día, no es necesario dejar todo de lado.

  • Te divertís profundizando sobre algo que realmente te interesa y en lo que podés volcar tus pensamientos.

  • Juntás conocimiento y habilidades útiles para impulsar tu desarrollo profesional.

  • Podés distinguir qué tiene potencial, y qué no. Qué ideas mantienen su valor en la implementación y cuáles se quiebran.

  • Aprendés a responsabilizarte, a ser disciplinado. Aprendés a lidiar con la frustración y bloqueos mentales. Aprendés a ver que eras más capaz de lo que creías.

Involucrarse en un proyecto sobre tus intereses es desafío, es expansión, es transformación.

Es encontrar entusiasmo, sentido, y crecimiento.

Gracias por leer, buena semana. Que te diviertas.

Bautista.

P.D: Si querés saber cómo empezar a poner en práctica este proyecto, te recomiendo leer este blog para dar los primeros pasos.