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Cómo Crear (Y Convertirte En) Tu Mejor Versión
Ésta es la parte 3 de cómo seguir tu propio camino.
En la parte 1 expandí sobre por qué es importante seguirlo. En la parte 2 desarrollé sobre ciertas ideas para encontrarlo.
El punto principal de encontrar tu camino es tener claro quién sos (y quién podrías ser). Es decir, necesitás definir tu identidad.
Las partes de este proceso de definir tu identidad, son:
El autoconocimiento
La búsqueda de un ideal
Reflexionar escribiendo te permite observar tu manera de ser. Y, en definitiva, te ofrece material relevante sobre tu propia naturaleza.
Hoy quiero compartirte una herramienta, un ejercicio, para tomar acción sobre ese material que obtenés.
Este ejercicio es una combinación entre algunos métodos y mis propios inventos, influenciado por conceptos de la psicología.
Desde que lo empecé a hacer realmente noté un cambio positivo.
(Y significativo)
El ejercicio está apuntado hacia la definición de un ideal, que fue donde nos quedamos en el último blog.
Así que, si querés..
acercarte a tu mejor versión
que lo que digas y lo que hagas tengan una consistencia
y fortalecer el respeto que te tenés hacia vos mismo..
Te aseguro que este ejercicio te va a servir. Seguí leyendo:
Ideal impuesto internamente
Esta propuesta de establecer un ideal se relaciona con conceptos del psicoanálisis como el “Superyo“ y la “Individuación“.
El superyo es una de las tres estructuras (junto con el Ello y el Yo) que forman parte de la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud.
Freud describe el superyo como una “voz interna” que se va formando desde nuestra infancia, y se construye a partir de la internalización de
los estándares de la sociedad y los padres
y las recompensas y elogios que recibimos
Esta voz interna determina lo que está bien o mal (según los valores morales que incorporamos) y guía al yo con una conciencia moral.
El yo es la estructura que actúa como mediador entre esta voz interna y las demandas impulsivas (del ello).
Por otro lado, la individuación es un concepto de Carl Jung.
Es un proceso de autoconocimiento y desarrollo propio. Se basa en integrar tanto los aspectos positivos como negativos de uno mismo para alcanzar una identidad completa (y auténtica).
Básicamente, destapar todo lo que hay dentro de uno mismo para poder llegar a ser quién uno realmente es. En su totalidad.
Ya vas a ver cómo estos dos conceptos cobran sentido a la hora de reflexionar y establecer un ideal..
Entenderlos a grandes rasgos..
Te va a facilitar reconocer los beneficios del ejercicio que hoy te quiero compartir.
Porque, para establecer un ideal de manera efectiva...
Necesitás algo que actúe como un parámetro o guía interna (parecido al superyo de Freud) que te ayude a juzgar tus acciones y decisiones.
Pero...
Es crucial que este ideal no te sea impuesto externamente, sino que se defina según tu propio criterio.
Esto lo alcanzás a través del autoconocimiento y la integración de tu totalidad, como propone Jung con la Individuación.
De esta manera, creás un ideal que no está condicionado por expectativas externas, sino que refleja tu totalidad auténtica.
Espero que entender esto, sirva para que te impulse a poner el ejercicio en práctica.
2 pasos para encontrar tu ideal
1) El ‘recordatorio’ de roles
Hace unos meses, me acuerdo de estar escuchando el podcast de Andrew Huberman. En el episodio mencionaba un hábito que tenía de vez en cuando al escribir.
Explicaba que escribía como si fuesen ‘recordatorios‘ de los roles que ocupa en su día a día, en varios espacios de su vida.
Tanto con su familia, como con sus amigos, en el trabajo.
Qué rol ocupa en cada escenario.
Me pareció muy interesante, porque engloba esto que decía el otro día sobre la definición de la identidad.
(Que está definida por el descubrir y el vivir de acuerdo a [la verdad de quién es cada uno].)
Este hábito, práctica, o ejercicio, como lo quieras llamar..
Le permite recordarse una y otra vez quién es y qué rol ocupa.
(Por eso es muy importante revisar—y corregir—las narrativas que predominan en nuestra mente. Algo de lo que hablé en la parte 1.)
Pero también hay cierto componente de descubrimiento porque permite encontrar cosas nuevas en uno mismo.
Y me pareció interesante. No lo había escuchado en ningún otro lado. Instantáneamente me dije a mi mismo “claro, tiene sentido“.
Entonces me decidí por probarlo, pero agregándole un giro que creí que me serviría más.
Sigamos...
2) Proyectar en figuras referentes
¿Nunca te pasó que ves una película, una serie, o lees un libro, y te encontrás con un personaje con el que resonás completamente?
Ese personaje como el que te gustaría verte, con el que te identificás.
Ves cómo habla, cómo actúa (en su manera de ser—el personaje, no como actor/actriz)...
Y todo lo que hace lo observás con cierta admiración.
Internamente pensás “soy este“.
Y a veces, te encontrás en momentos en que te decís a vos mismo: “¿Qué haría tal personaje en esta situación?”
Es como si te diera una guía sobre cómo actuar o tomar decisiones.
Por lo menos, de chico lo habrás hecho. Estoy seguro.
Yo me acuerdo de ver “Supercán“ (como superman pero en perro), y volver a mi casa creyendo que efectivamente era un perro con superpoderes.
(Todo muy normal, sí.)
El asunto es que..
Esto se relaciona a uno de los conceptos que tratan tanto Freud como Jung:
Las proyecciones.
Se trata de un proceso en el que atribuímos características internas propias a otras personas o al mundo en general.
Captamos en otros, las características que inconscientemente reconocemos en nosotros mismos.
Cuando nos encontramos con estos personajes, la proyección suele ser "positiva".
Nos solemos centrar en las cualidades "superiores" que observamos en ellos.
A lo que voy es que...
Si tomamos todo lo que nos parece correcto o admirable de cada uno de estos personajes con los que nos identificamos…
Me dí cuenta que podemos utilizarlo para formar un ideal.
Entonces junté ambos elementos.
El ejercicio: Recordatorios de identidad
Por un lado, tomé la práctica de Andrew Huberman de recordar sus roles en todas las áreas de su vida.
Por el otro, este proceso interno (proyección) de reconocer y admirar ciertas cualidades en personaje ficticios—o también reales.
(Porque de eso se trata al final. De mirar a figuras referentes o modelos a seguir, y tomar las cualidades más ‘elevadas‘ de cada uno. Y formar ese ideal, pero sin perder la esencia de uno.)
Entonces les di un giro para que se adapten a lo que quería hacer. Y a medida que lo fui implementando noté el efecto positivo.
El ejercicio básicamente consiste en escribir varias oraciones en término presente. Es similar a las afirmaciones.
El tema con las afirmaciones es que, el ejercicio en sí, nunca me cerró.
El enfoque que tiene lo siento alejado de la realidad, distante. Con un positivismo excesivo.
Entonces nunca lo terminé de aplicar.
“Soy feliz y libre porque soy yo.”
“Soy un individuo fuerte que atrae el éxito y la felicidad”
¿Cómo lo atraes?
Es una práctica más centrada en las percepciones (positivas).
Siento que no te permiten, o mejor dicho…
Te sacan control sobre lo que podés hacer para alcanzar esa mejor versión tuya, y con ella, tus objetivos.
Como que el foco está puesto en cambiar tus percepciones. Adoptar un positivismo extremo para que el universo te escuche, y así atraer todo lo que vos querés.
No me sirve, lo veo muy pasivo.
Antes que esperar que el universo me escuche y me de lo que quiero, prefiero tomar un rol más activo. Hacer algo para ir en busca de ello.
Y en todo caso que ahí me escuche el universo.
Los “recordatorios de identidad“, por llamar de alguna manera a este ejercicio que diseñé..
Te acercan más a la realidad y te dan mayor control porque se centran en formas de actuar o de ser.
Entonces, en cierta forma, es una enumeración de tu valores y de las cualidades que admirás. Escribís sobre vos, hablando sobre la persona que sos o el rol que ocupás en determinadas situaciones.
Pero no particularmente de vos ahora, sino de tu mejor versión de vos:
Tu ideal.
¿Cómo actuaría tu mejor versión en X situación?
Que está armado en base a quién sos pero también de quién querés ser. Partiendo de las cualidades que tomás de tus referentes o modelos a seguir.
Acá algunos ejemplos para que te des una idea:
Soy [el hombre/la mujer/la persona] que [actúa de cierta forma] [en determinada situación]
“Soy la persona que busca la verdad a toda costa“
“Soy la persona que cumple con su palabra“
“Soy la persona que protege a quienes ama“
“Soy la persona que persiste a pesar de la frustración“
La mejor manera de aprovechar el ejercicio es hacerlo a diario. Y como estructura general, recomiendo lo siguiente:
Arrancar con la fecha del día
Que la primera oración empiece simplemente con “Soy [Tu Nombre].”
Al final, debajo de todas las oraciones, firmá con tu nombre también.
De esta manera, vamos construyendo un ideal con el que nos vamos comparando día a día. Y nuestra identidad se va formando debajo de ese ideal.
No es una idea vaga de como nos gustaría vernos. Estás definiendo explícitamente de qué manera actúas. Te estás dando, en cierta medida, un marco, una guía para actuar.
Al tenerlo presente, cada decisión que tomamos se va a medir con éstos recordatorios. Por eso también es importante seguir reflexionando.
Y si sentís que no encontrás ninguna figura (sea ficticia o real), definílo por vos mismo:
¿Cómo creerías que es la mejor manera de actuar en tal situación?
¿Qué mentalidad, qué perspectiva exige tal situación para el mayor beneficio tuyo, pero también de los demás?
¿Qué rol debe ser ocupado en tal situación?
Y definílo explícitamente.
Escribílo.
Así es como le das una forma concreta.
Así es como realmente se talla en tu mente.
Escribiéndolo una y otra vez (por eso digo que es parecido a las afirmaciones).
Teniendo definido nuestro ideal...
Creamos un parámetro con el cual comparar el material que obtenemos de nuestras reflexiones.
Pero no quiero que te tomes esta definición de tu ideal como algo para que te atormente las veces que no estés a su altura.
Como dije hace unas semanas (hablando de cómo definir el éxito)…
El objetivo es: Moverse hacia mejor, porque perfecto nunca llega.
Entonces, si perfecto nunca llega, no tiene sentido esperarlo. Termina siendo negativo tener esa expectativa.
El tema está en que tomes responsabilidad de apropiarte de las acciones que te alejan de tu ideal y comprometerte a redireccionar el rumbo.
Pero sin castigarte. Porque es un proceso constante. Vas a cometer errores.
Este es un ejercicio muy útil, que recomiendo hacerlo a diario, para tenerlo bien presente.
Pero depende de cada uno. Simplemente lo comparto para que lo pruebes y puedas ir encontrando esa mejor versión tuya.
Y no es algo que tenés que hacer por el resto de tu vida. No creo que sea necesario.
Pero sí, hacerlo en determinadas etapas y por un tiempo prolongado. Porque definir tu identidad, como ya dije, no es sentarse un día y decir “soy esto“.
Es un proceso que requiere de reflexión y acción.
De, justamente, definirlo, pero también de actuarlo.
Con este ejercicio lo definís explícitamente, para poder setear o recalibrar el rumbo de tus acciones.
Después de mantenerlo constante..
Ya va a ser algo que tengas instaurado en tu mente y que va a nutrir las narrativas que predominen en ella.
Y vuelvo a repetir, no es algo que TENGAS que hacer por el resto de tu vida. Sino que es un ejercicio al que volver para reflexionar y centrarte, cuando te sentís fuera de rumbo.
Lo comparto porque, de las observaciones de los efectos que tuvo en mí, creo que me sirvió mucho.
Probálo, readaptálo y experimentá.
(Y recomiendo escribirlo a mano)
“El mayor privilegio de la vida es llegar a ser quien verdaderamente sos.”
Adoptá el hábito de reflexionar escribiendo (acá tenés 6 razones)
Identificá qué valorás y qué cualidades admirás en otros (pueden darte una pista de quién podés alcanzar a ser)
Soy [el hombre/la mujer/la persona] que [actúa de cierta forma] [en determinada situación]
Movete hacia mejor, porque perfecto nunca llega.
gracias por leer.
buena semana, que te diviertas.
Bautista.